Es un hecho de la vida que todos tenemos una fascinación extraña por las leyendas urbanas. No he conocido hasta ahora a ningún ser humano que se les resista. Sea por morbo, tentación, curiosidad o escepticismo, las leyendas urbanas son las herederas actuales de los relatos que se contaban en torno al fuego, los que volaban de pueblo en pueblo en la boca de los viajeros. Desde apariciones espectrales hasta sitios embrujados, los temas han evolucionado con el paso de los tiempos: ahora son fantasmas dentro de páginas web, demonios guardados en videojuegos y episodios de TV que enloquecen a los espectadores.
Conocí las creepypastas en septiembre del año pasado. De hecho, la aparición de una de sus historias más reconocidas (el cartucho embrujado de Majora's Mask), me inspiró para publicar una selección de leyendas urbanas en este mismo blog. Ahora, con la llegada de Halloween, las historias recobran vida. Para los que desconozcan el término, se utiliza para designar un relato escrito para asustar al lector. Este tipo de relatos han pululado en la red desde hace años; la mayoría de ellos, en foros como 4chan. Su estructura obedece a la de una leyenda urbana tradicional: un autor desconocido, un elemento misterioso, una historia desquiciante y un final abierto.
Aunque aplican un modelo común, su virtud radica en tres características esenciales. La primera es la profundidad de la descripción. Una buena creepypasta está escrita con lujo de detalles. No escatima en describir ambientes terroríficos y situaciones espeluznantes. El segundo punto es su relación con la cultura pop**. Las creepypastas son parte del folclor de nuestros días. Los sitios web, videojuegos, vídeos de YouTube y episodios de series son los nuevos talismanes malditos. Como ese mítico casete en The Ring, la tecnología se ha convertido también en la fuente de nuestras fobias.
El tercer elemento definitorio es su origen colectivo. Así como las historias antiguas nacían en las aldeas, Internet se ha convertido en este caldo de cultivo. Sitios como Creepypasta.com o Creepypasta Wiki reciben diariamente cientos de estas historias. Al final, sólo las mejores son reproducidas por los juglares de nuestra época: tweets, blogs y tumblogs. Podría pasarme horas ennumerando estas historias, pero sólo mencionaré algunas de las más memorables:
Squidward's Suicide (El suicidio de Calamardo):
Un supuesto becario de Nickelodeon narra un desquiciado episodio de Spongebob Squarepants (Bob Esponja), en el que Squidward (Calamardo) se suicida después de concierto. El video incluía cuadros de niños mutilados y otras imágenes horrorosas. Aunque la cinta fue analizada, no se encontraron evidencias de cómo había sido filmado o editado. Se dice que esta anécdota fue la razón por la que la temporada posterior a la película de Bob Esponja sufrió un retraso considerable. Aquí una supuesta captura del episodio:
Ben (el cartucho maldito de Majora's Mask):
Un chico compra una copia vieja de Majora's Mask en una venta de garaje. El juego parece tener defectos, pues despliega diálogos erráticos, loops en las escenas, risas macabras y música chirriante. El personaje muere ahogado en el juego repetidamente; asustado, el chico corre a preguntar por el vendedor de la copia, y se entera que el antiguo poseedor del cartucho murió bajo las mismas circunstancias. La historia fue inventada en septiembre de 2010 por Alex Hall -conocido como Jadusable en 4chan- y es considerada como un meme del foro. El relato también es famoso por contar con vídeos del juego.
Candle Cove:
El relato es una conversación entre usuarios de un foro acerca de Candle Cove, un programa supuestamente emitido a principio de la década de los setenta por la TV local en Ironton, Ohio. Se trata de un show de marionetas surreal, protagonizado por piratas. La discusión se torna tétrica conforme se habla de las tramas, hasta que al final, un usuario alega haber hablado con su madre, quien le confiesa que él se sentaba durante 30 minutos a ver estática en el televisor. En YouTube se encuentra un vídeo de estática que, presumiblemente, se trata del final de temporada; algunos afirmar haber visto a los piratas.
Billy & Mandy's Backyard Nightmare:
John Kricfalusi, creador de Ren & Stimpy, contacta a Maxwell Atoms, autor de The Grim Adventures of Billy & Mandy, para pedirle permiso para dirigir una serie de episodios. A regañadientes, Cartoon Network acepta el trato, pero emite los programas en la madrugada por su alto contenido violento. Semanas después, Atoms recibió el guión para un spin-off: Billy & Mandy: Nightmare on Backyard. Kricfalusi produjo un episodio tan perturbador que traumó a Atoms, quien canceló su serie a los pocos meses. Presumiblemente, el vídeo se encuentra oculto en alguna URL del sitio web de Spümcø, la productora de Kricfalusi.
El episodio perdido de Rugrats:
Para cerrar, otra historia relacionada con series de TV. En este caso, se supone que existe un episodio perdido de la serie Rugrats. Según el relato, Gabor Csupo, creador de los dibujos animados, tenía pensado un spin-off con temáticas más adultas. El piloto era demasiado grotesco, por lo que las grandes cadenas lo rechazaron. Sin embargo, una emisora de TV en Nueva Zelanda lo programó por error en horario matutino. El episodio, titulado Chuckie's Mom (La mamá de Carlitos) es un compilado de imágenes violentas y perturbadoras sobre la muerte y la locura.
Relatos como estos se convierten en parte del legado de la red, en cuentos para no dormir, para asombrarse y preguntarse. Porque, aunque sepamos que muchos de ellos son meras supercherías, el escalofrío en la espina dorsal es irreprimible. Por cierto, no volteen.