Dime, ¿es mejor tener un solo sistema operativo que sea capaz de funcionar bajo cualquier terminal, o tener dos sistemas operativos que sean capaces de funcionar bien bajo un tipo de plataforma diferente? Desde que hace un par de días se presentase Windows 8 llevo pensando en como las dos empresas creadoras de sistemas operativos más importantes del mundo, Apple y Microsoft, vuelven a tener ideas similares, pero al final tan diferentes sobre sistemas operativos.
Parece que la brecha entre Microsoft y Apple se vuelve a abrir, cada una tiene su forma de pensar, lo cual es bastante bueno ya que así se es capaz de llegar a personas con diferentes formas de actuar. Microsoft ha llegado particularmente tarde a dos frentes abiertos en el mundo de la tecnología de consumo: los smartphones y las tablets. Sobre la primera ya lo han arreglado parcialmente gracias a Windows Phone 7 (y la esperada versión Mango), pero en el mundo de las tablets es algo diferente.
Tras probar Windows 8 me queda muy claro que es un Windows 7 al que le han sumado la interfaz de Windows Phone 7. Y la mezcla ha sido espectacular.
Apple crea dos sistemas operativos, uno para ordenadores de escritorio y portátiles, otro para smartphones y tablets. Microsoft crea Windows 8 para el escritorio y tablets, Windows Phone 7 para smartphones. Similar, pero con diferencias transcendentales.
Por un lado Apple ha creado el iPad con iOS, un dispositivo que no se puede negar abre una brecha en el mundo de la informática, el llamado mundo post-PC en la que se empieza a dejar de usar ordenadores tradicionales para adaptarse a los formatos nuevos como smartphones y tablets intentando no dejar de lado todas las opciones de uso. Pero en Microsoft pese a que también tienen un sistema operativo para cada terminal, el pensamiento es drásticamente diferente.
Que Windows 8 sea un sistema operativo para tablets, nos indica que Microsoft no cree tanto en este mundo post-PC ya que en esencia, una tablet con Windows 8 es un PC. La puedes disfrazar como quieras, con las características que desees, que al final resulta ser un PC. Es quizá el uso de interfaces tradicionales (la heredada de Windows 7) lo que lo convierte en un PC, pero poco a poco llegarán más y más aplicaciones en estilo Metro, haciendo más innecesarías las aplicaciones que usamos hoy en día y nos parecen indispensables.
Son dos tipos de visiones, drásticas en la forma que cambian por completo el como se usaba antes un sistema operativo, el alma y la parte fundamental de los ordenadores o dispositivos que compramos, pero ambas son formas que están cambiando radicalmente, y en un muy corto espacio de tiempo, la forma que tenemos de interactuar con la tecnoloía.