Si el 11 de septiembre del 2001 Seth McFarlane no hubiese llegado tarde al aeropuerto después de una noche loca nunca habría existido American Dad. Cinco años más tarde y un poco más sobrio, McFarlane presentó un nuevo proyecto a la cadena FOX. En vista de los buenos resultados que estaba dando Family Guy decidieron darle una oportunidad. Cuando el agente de la C.I.A Stan Smith y su familia irrumpieron en la pequeña pantalla todos creímos que estábamos ante una serie menor, la hermana pobre de Family Guy y apostábamos por su pronta cancelación. Los inicios de American Dad no fueron brillantes, la serie no acababa de cuajar y su personaje principal resultaba demasiado antipático. Stan Smith no era entrañable como Peter Griffin.

Sin embargo, a partir de la mitad de la primera temporada, la serie empezó a florecer. Es sencillo darse cuenta de cual fue el motivo de esa mejoría; las historias se hicieron más disparatadas y divertidas, la comedia más refinada, los chistes más ágiles y todo gracias a Roger, el perezoso y divino extraterrestre que vive con la familia Smith. Si bien, al principio, el alien no podía salir de la casa, tal y como le sucedía a Alf en la sitcom homónima, los guionistas se dieron cuentas del enorme potencial del personaje. Así que lo sacaron a la calle, le dieron aventuras propias, le pusieron disfraces, varias personalidades alternativas, un jugoso y variopinto pasado y trataron abiertamente su ambigua sexualidad. Así dinamizaron y equilibraron el potencial cómico de American Dad, y pareja a la evolución de Roger, los demás personajes empezaron a crecer y hacerse interesantes.

*A partir de aquí hay una cantidad obscena de spoilers***.

La séptima temporada, empezó a emitirse el pasado domingo 25 de septiembre, con un capítulo homenaje/parodia a la película musical Little Shop of Horrors (1986). Un magnífico capítulo plagado de números musicales donde las letras absurdas y la música pegadiza se entremezclan para contar la historia de Stan y un jacuzzi. Y no estamos hablando de un jacuzzi cualquiera, ya que la burbujeante bañera está viva, como lo estaba la planta carnívora de Little Shop of Horrors. Stan cae rendido ante el tentador y relajante jacuzzi, al igual que Seymour (Rick Moranis) era seducido por la fama que la planta le proporcionaba. Cee Lo Green dobla al infernal jacuzzi, una elección excelente, sobretodo para las partes musicales del episodio.

La dependencia de Stan por las relajantes burbujas es tal que se convierte en un hedonista despreocupado. Tanto es así que su familia le hace elegir, y como siempre, el lado egoísta del personaje le hace escoger la peor opción. Cuando ya es demasiado tarde Stan se da cuenta de su error.

En Little Shop of Horrors sucede algo similar. Seymour, un apocado dependiente de una floristería, encuentra un día una extraña planta que cuidará con esmero ya que proporciona muchos clientes a la tienda y recibe la atención de la prensa. Seymour es el único que puede cuidar de esa extraña planta que le habla, le canta y bebe su sangre. La planta irá creciendo y cada vez demandará más y más comida, haciendo que Seymour cometa un asesinato para alimentarla. Todo se desmorona cuando la infernal planta intente matar a su pareja y revele su verdadera naturaleza. Este musical dirigido por Frank Oz tiene dos finales, el primero, es el más trágico ya que tanto Audrey, la novia del protagonista, como el propio Seymour mueren. Este final es igual al del musical que se representaba en el Off-Broadway. El segundo final, que se filmó, tras comprobar que a la gente le parecía demasiado triste el primero, nos muestra como Seymour vence a la planta y acaba casado con Audrey.

El capítulo Hot Water de American Dad termina de manera sorpresiva, con la muerte de Stan tras luchar inutilmente por salvar a Francine del jacuzzi. Es el mismo final que el de la película. También es igual la forma en la que muere el director del instituto es la misma que la de Mr. Mushnik en la película. La canción final del capitulo se parece mucho a la de Mean Green Mother from Outer Space, momento en el que Seymour (Moranis) se pelea con la planta.

El capítulo estuvo muy centrado en Stan, el resto de personajes aparecieron muy poco pero tanto Francine como Roger y Steve tuvieron sus momentos musicales. El más memorable es el de los dos últimos, muy en la línea Back Street Boys, con la camisa abierta y el pecho musculado al descubierto.

Otro momento para el recuerdo es la explicación de Stan sobre como divide su tiempo a lo largo del día.

9:11-9:12 - pensar sobre el 9 / 11

No es fácil hablar sobre American Dad porque al igual que Family Guy es una serie que rompe moldes y patea sensibilidades. No es nada convencional y está a un nivel muy alto. Podría decir que, hoy por hoy, es la mejor serie de animación en antena y la mejor de la factoría McFarlane. Por desgracia Family Guy lleva un par de años en declive. Hay capítulos puntuales que aún merecen la pena como And Then There Were Fewer, Brian & Stewie o Road to the North Pole. Aún así, en conjunto y tras diez temporadas, los Griffin han perdido garra.