La andadura de los Ultrabook, esa plataforma "promocionada" por Intel, no ha comenzado siquiera comercialmente, y ya son más los problemas encontrados que la expectativa creada entre los consumidores. El principal problema al que se enfrentan estos notebooks ligeros y compactos no es el calentamiento, la incapacidad de embutir todos los componentes en un chasis tan pequeño, ni tampoco el hecho de que innovar en el diseño de estos dispositivos sea tan complicado que parezcan todos "clones". El auténtico problema es el precio que los fabricantes han de pagar por la plataforma.

Las CPUs que Intel suministra para este tipo de ordenadores, que ha bautizado como Ultrabook, es una versión ULV de sus archiconocidos Sandy Bridge, aunque en un principio se esperaba la llegada de la próxima generación de chips Ivy Bridge para la plataforma de ordenadores ultraligeros, y es aquí donde reside el inconveniente que compañías como Acer encuentran a la hora de ensamblar sus equipos: El precio de los Core i de bajo voltaje es excesivo, y no les permite bajar el precio final de los ordenadores para competir con el más famoso (o infame, según a quién le preguntes) precursor del Ultrabook, el Macbook Air de Apple. El presidente de Acer, Scott Linn, y su homólogo en la fábrica Compal, Ray Chen, han planteado quejas públicas sobre la negativa de Intel a recortar el precio de sus chips, tras la iniciativa del fabricante de microprocesadores de invertir 300 millones de dólares en un "fondo" para impulsar la creación de este tipo de laptops de perfil bajo. Linn asegura que Acer y otros fabricantes ven una imposibilidad bajar del precio de 1000 dólares con sus ultraportátiles sin que se produzca un impacto negativo en las metas de rendimiento de la paltaforma. La compañía se vería forzada a usar CPUs de menor rendimiento — y precio — o reducir la campaña de marketing alrededor de la nueva plataforma, lo que podría afectar a su comercialización a corto plazo.

Por su parte, el presidente de Compal, Ray Chen, era más agresivo en sus declaraciones, y habló de una amenaza serie al "monopolio" Intel-Windows si no se realizan descuentos inmediatamente. Si los Ultrabooks que varias compañías producen a través de Compal sufren de bajas ventas por causa de los altos precios en relación con Apple, esta sería la única beneficiándose de unos beneficios sólidos. Chen está bastante preocupado con la alianza de Intel y Windows, y cree necesaria una acción inmediata para evitar que todos los asociados comerciales — léase, fabricantes de Ultrabooks — sufran innecesariamente y se vean en una situación peligrosa.

Tiempos difíciles requieren medidas drásticas

El recorte de precios en los procesadores ULV de Intel, sobre los que Apple tiene "cierta preferencia" sobre el resto de fabricantes por sus acuerdos con Intel y la cantidad de chips que adquiere para sus equipos, es una necesidad en este momento si se quiere evitar un descalabro de la plataforma antes incluso de que esté en el mercado de forma oficial. De no llegar el deseado descuento, es probable que fabricantes como Acer, o Asus, que tienen grandes esperanzas depositadas sobre sus recién anunciados Ultrabooks, se vean en la obligación, o bien de abandonar la producción de estos ordenadores, o de buscar alternativas en otros fabricantes, como AMD, o incluso en otras arquitecturas como ARM, que cada vez se aproxima más deprisa al índice de rendimiento de los procesadores x86. En ambos casos, al ser "Ultrabook" un término acuñado por Intel y profundamente emparentado con esta compañía, se habría de abandonar esta terminología, y estaríamos hablando de una plataforma totalmente nueva. El tiempo dirá, pero Trinity está a la vuelta de la esquina, y no podría sonar más apetitosa. La llegada el año próximo de Ivy Bridge dejará muchas cosas claras, mientras tanto la meta sigue siendo muy complicada.

9 respuestas a “Acer pide nuevamente una rebaja en las CPU Intel para Ultrabooks”