Hace unos meses publicamos un listado donde se hacía referencia a doce grandes películas distópicas. Una recopilación de títulos de lo más interesante. El cine distópico abunda y, por lo general, me gusta. El reverso negativo de la utopía, así podríamos definir la distopía. Sociedades imperfectas en mundos imperfectos; futuros, no tan lejanos, que sobreviven al apocalipsis.
El cine distópico puede mostrar sociedades dominadas por gobiernos autoritarios o por tiranos, continentes arrodillados ante el poder de una corporación, realidades sociales extremas, mundos superpoblados, escasez de recursos naturales, pos-guerra nuclear... podría seguir enumerando las posibilidades durante varios párrafos. Como género cinematográfico resulta muy revelador, crítico y sumamente interesante. Algunas de las mejores películas de la historia del cine hablan sobre futuros distópicos y critican, de manera muy directa, la realidad social, política y económica de su época.
Sin embargo no todo iba a ser bueno, por eso, toca hablar sobre algunas de las peores películas distópicas que existen. Sentiros libres de opinar al respecto, seguro que lo que a mi no me gusta a otra persona si. Empezamos y lo hacemos por orden cronológico.
Fortress (1992)
Los recursos naturales escasean mientras que la población no para de crecer, los gobiernos han impuesto duros controles de natalidad pero el capitán Brennick (Christopher Lambert) y su esposa deciden tener un segundo hijo. Han quebrantado la ley y tras ser juzgados se les condena a más de 30 años de prisión en La Fortaleza Infernal. Una sofisticada prisión de máxima seguridad controlada por un ordenador inteligente. Brennick hará todo lo posible para liberar a su esposa y poder escapar junto a ella de ese infierno.
Lambert quería desligarse del inmortal Connor MacLeod, papel que le dio la fama, e intentó convertirse en héroe de acción con esta película y alguna más que hizo durante los noventa, sin llegar a conseguirlo. Fortress falla en todos los sentidos, la historia, que tenía un buen arranque, no llega a desarrollarse plenamente ni de manera convincente; el final tampoco es poco satisfactorio y llega a resultar ofensivo para la inteligencia del telespectador.
Demoliton Man (1993)
Dirigida por Marco Brambilla y protagonizada por Sylvester Stallone, Wesley Snipes y Sandra Bullock. El ultraviolento y expeditivo policía John Spartan consigue, por fin, capturar a su mayor enemigo Simon Phoenix pero esa detención provoca la muerte de varias personas, por lo que Spartan acaba confinado en una prisión criogénica junto a Phoenix. Los criminales congelados en esa prisión reciben rehabilitación mediante un programa informático que se introduce en sus mentes. Pasados 36 años, en el 2032, Phoenix escapa y la policía de esa época, incapaz de lidiar con la brutalidad del criminal, recurrre a Spartan para frenarlo.
El futuro de Demoliton Man a primera vista es un lugar idílico. La gente es educada, racional y nada agresiva. Una sociedad de personas tan dóciles que no dicen palabrotas. El alcohol, la cafeína, los deportes, la carne, los picantes, la sal y el tabaco están prohibidos. Ni siquiera mantienen relaciones sexuales, pues el intercambio de fluídos está penado. Sin embargo, existen personas que aún desean vivir en libertad y huyen de las convenciones de la perfecta sociedad de San Ángeles.
Película para mayor gloria de los músculos de Stallone donde los demás personajes, salvo un histriónico Snipes, apenas importan. Excesiva, visualmente cargante, previsible y aburrida. Lo único interesante de la película es esa sociedad tranquila y pacífica hasta el extremo de que ni siquiera es capaz de defenderse de un psicópata.
Johnny Mnemonic (1995)
Por esta película Keanu Reeves estuvo nominado al Razzie como peor protagonista. La historia se basa, muy vagamente, en un cuento escrito por William Gibson. Johnny (Reeves) tiene un implante en su cerebro que le permite guardar información. En un futuro gobernado por las grandes corporaciones, él se dedica a traficar con los datos que puede almacenar en su memoria. Las computadoras convencionales no consiguen manejar toda la información que puede llegar a cargar la gente como Johnny, por eso sus servicios son muy demandados.
Una obra pretenciosa, alucinógena e insustancial. La trama es tan absurda y las interpretaciones tan malas que lo único que deseas es que a Reeves le explote la cabeza por sobreinformación.
The Postman (1997)
Dirigida y protagonizada por Kevin Costner, adapta a la gran pantalla la novela homónima de David Brin. La trama nos situa en el año 2013 (mañana mismo vamos). En Estados Unidos no queda apenas nada. Una guerra ha destruído la civilización tal y como la conocemos. No hay energía, no hay coches ni gasolina, no hay gobierno ni ley, no hay sueños ni esperanzas. Costner interpreta a un hombre, que casi por accidente, devuelve a los supervivientes la idea de un futuro mejor. Él es el cartero, y su cometido, le llevará a enfrentarse al ejército de los Honists, los malos de la historia.
The Postman se hizo con cuatro Razzies, entre ellos, el de peor película, peor protagonista y peor director. Esta mezcla de ciencia ficción y western falla a la hora de contar una historia sobre la redención y la esperanza. El marcado acento patriótico, la sensiblería y el absurdo alcanza cotas altísimas. Yo siempre defenderé Waterworld pero me es imposible defender The Postman.
Battlefield Earth (2000)
Los Psychlo, una raza alienígena, conquistó la Tierra hace mil años, algo que les llevó menos de diez minutos. Los pocos humanos que sobreviven han retrocedido hasta la edad de piedra y los Psychlo los usan como esclavos. Los alienígenas arrasan con los recursos minerales del planeta mientras que los humanos mueren de hambre o son cazados como animales. Como especie están al borde de la extinción. Un humano, Jonnie, aprenderá a hablar y a usar las máquinas de los Psychlo, él se convertirá en la esperanza de la raza humana e iniciará la rebelión contra los invasores.
La película es una adaptación de la novela de L. Ron Hubbard, fundador de la iglesia de la cienciología. Fue nominada a 8 premios Razzie, ganando siete de ellos; también le otorgaron el premio a la peor película de la década. En la web Rotten Tomatoes la sitúan en el puesto 27 de las peores cien películas. Battlefield Earth fue un desastre económico y varios actores, como Forest Whitaker, dicen arrepentirse de su participación en la misma. Incluso el guionista, J.D. Shapiro, pidió disculpas por el film.
Rollerball (2002)
Remake del clásico dirigido en 1975 por Norman Jewison. John McTiernan lo intenta pero no consigue actualizar ni desarrollar los temas de Rollerball. La historia nos presenta a Jonathan Cross, el mejor jugador de rollerball, un deporte extremo con millones de seguidores. Su vida parece sencilla, es famoso, tiene dinero y amigos. Pero pronto se dará cuenta de que el número de accidentes en la pista aumenta a la par que la audiencia. Los jugadores no son más que marionetas dentro de un juego cruel que busca el máximo beneficio a costa de vidas humanas. Pan y circo para las masas, pan y circo.
Hay que decirlo, esta película era innecesaria. No aporta nada, no cuenta nada y no funciona. Es absurda, vacía y violenta. Narrativamente un horror, hay incoherencias por todas partes, saltos sin sentido, acciones inexplicables. Ningún actor destaca, y se nota que Jean Reno no se toma nada en serio su participación en el film. Recomendación: dadle una oportunidad al clásico y olvidaos de la existencia del remake.
Aeon Flux (2005)
Me decía un amigo que lo único destacable de esta adaptación del cómic de la MTV era lo buena que estaba su protagonista, la oscarizada Charlize Theron. Y es verdad. Acción mala y poco disfrutable, historia pesada para gente poco exigente. No hay claridad en la trama no saben que quieren contar y no saben como contarlo, el mal de muchas películas recientes.
En el año 2011 casi toda la humanidad fue eliminada a causa de un virus, en el 2415 los supervivientes residen en la ciudad amurallada de Bregna. Un lugar gobernado por un grupo de científicos, un sitio seguro e idílico, pero Bregna no es lo que aparenta y los dirigentes guardan un oscuro secreto. Mientras, Aeon, una asesina del grupo los monicanos, descubre que su hermana ha sido asesinada por las fuerzas del orden al confundirla con una monican. Entonces acepta una misión suicida, asesinar al líder del gobierno, pero todo se complica. Los temas sobre la clonación, el control gubernamental y las grandes conspiraciones siempre resultan sugestivos pero el director de Aeon Flux desarrolla un producto más que olvidable que no aporta nada al género, más allá de la belleza de su protagonista.
The Island (2005)
En un futuro que podría ser más cercano de lo que pensamos, copias de nosotros mismos son criadas en un centro especial para que sirvan como donantes, no voluntarios, de órganos. En caso de que necesite un nuevo corazón ¿qué mejor que el mío? Dos de esos clones se enamoran y cuando descubren que les espera una muerte cruel huyen del lugar. Lincoln Eco-Seis (Ewan McGregor) y Jordan Delta-Dos (Scarlett Johansson), los dos prófugos, intentarán por todos los medios sobrevivir en el mundo real mientras la corporación que se dedica a la clonación los persigue sin descanso.
Una primera parte más que decente deja paso a una orgía de movimientos de cámara sin control, persecuciones, explosiones y existencialismo de mercadillo. Una lástima pues la premisa prometía una película más oscura, más profunda y mucho más interesante de lo que nos ofrecieron. Michael Bay podía haber realizado una buena obra sobre la identidad, la fe, el complejo de Dios, la muerte y la ambigüedad moral. Pero le pudo su necesidad de hacer estallar cosas y de basar sus películas en la nada más insustancial.
Ultraviolet (2006)
Finales del siglo XXI, debido a una mutación genética algunos seres humanos adquieren habilidades asombrosas: gran velocidad, resistencia casi sin límite, aumento de la inteligencia. El gobierno no ve con buenos ojos el avance de esta mutación y encierra a los mutantes con el fin de someterlos a pruebas médicas y hallar la forma de acabar con ellos. Sin embargo, Violet (Milla Jovovich) no piensa permitirlo. Esta mujer solitaria y peligrosa está decidida a proteger a los suyos, cueste lo que cueste.
Una película incomprensible. Digna de olvidar. El director, Kurt Wimmer, intenta recuperar la esencia de su anterior obra, Equilibrium, pero no lo consigue. La trama es absurda y de tan mal contada que está, acabas no enterándote de nada. Personajes sin alma, vacíos. Estética de videoclip, muchas escenas de acción. Una película de acción de 90 minutos que te hace bostezar no es una buena película.
Daybreakers (2009)
¿Y si los vampiros fuesen la raza dominante en el planeta? ¿Y si la sangre estuviese a punto de agotarse? Un punto de partida que llamaba mucho la atención, una idea que bien desarrollada podía haber dado de si una excelente película, una oportunidad perdida. Daybreakers es una película sin identidad, quiere contar una historia de vampiros pero también hablar sobre las malvadas empresas que sacan partido de la escasez. Quiere ser intimista y grandilocuente, quiere acción pero romance. No se deciden y la película naufraga sin llegar a ninguna parte.
Ni siquiera el interesante reparto con nombres como Willem Dafoe y Sam Neill consigue hacer de Daybreakers un producto digno. Lo que más me enfurece es el enorme potencial que tenía la historia, con eso, cualquier otro guionista y cualquier otro director podría haber realizado una película mucho mejor.