Cuanto menos se lee, más daño hace lo que se lee. -- Miguel de Unamuno

Para mí, leer es la estimulación que producen la letras y nada más. A veces es de orden intelectual, otras emocional o incluso ambas. Después de todo los libros son como enjambres de ideas venidos de mentes ajenas, ideas seductoras por la oportunidad de "tocar lo invisible", y peligrosas por su capacidad para multiplicarse incesantes en la mente, con suerte mutadas en ideas extraordinarias.

Como sea, sirva esta lista para invitar a la lectura de estos u otros clásicos. Si no los has leído aún, apuesto que los amarás en seguida. Sin embargo, el qué leer es una decisión personalísima; para mí el mejor libro es aquél que no puedes dejar de leer, el que te desvela un día y otro también, el que, insisto, estimula cada fibra sensible de tu ser.

Alicia en el País de las Maravillas

(Lewis Carroll, 1865) Conozco pocos matemáticos que se resistan a leer este clásico. Carroll se vale de juegos verbales, absurdos y metáforas para criticar su época, y, sobre todo, entretener a la pequeña niña que inspiró el libro. Mi personaje favorito es el Gato de Cheshire, de lógica aplastante y sobrada socarronería.

-- Alicia: No, no. Ya no. Gracias. Sólo quiero saber qué camino debo tomar. -- Gato: Pues depende a dónde quieras ir tú. -- Alicia: Eso no importa, si tu me dices. -- Gato: Entonces realmente no importa el camino que escojas.

Recomiendo la versión comentada de Ediciones Cátedra, y continuar la lectura con A través del espejo y lo que Alicia encontró allí que es más oscuro, más matemático.

Cuentos completos

(Edgar Allan Poe) Ante la imposibilidad de elegir uno solo, me permito recomendar los cuentos completos --en particular las ediciones traducidas por Julio Cortázar--. Y de entre todos ellos quiero resaltar "Los crímenes de la calle Morgue", en el que Auguste Dupin, insigne investigador, desvela con singular pericia un caso imposible. Y es que Dupin es precursor de Sherlock Holmes en las novelas policiacas, y éste del moderno Gregory House.

Así como el hombre robusto se complace en su destreza física y se deleita con aquellos ejercicios que reclaman la acción de sus músculos, así el analista halla su placer en esa actividad del espíritu consistente en desenredar.

Toda la obra completa de Poe es recomendable, incluso la cosmogónica y poco apreciada Eureka. Pero sus cuentos, sí, sus cuentos son todos una delicia de principio a fin.

Ficciones

(Jorges Luis Borges, 1956) Cada uno de los cuentos de este libro es prosa perfecta, erudita y una bomba de ideas que parte en dos cualquier cabeza. Por ejemplo, en La Biblioteca de Babel Borges sugiere la existencia de un universo compuesto de libros dispersos en infinitas salas, con incontables combinaciones de palabras, letras, que considero una magnífica prefiguración de lo que llegaría a ser Internet.

El universo (que otros llaman la Biblioteca) se compone de un número indefinido, y tal vez infinito, de galerías hexagonales, con vastos pozos de ventilación en el medio, cercados por barandas bajísimas... Afirman los impíos que el disparate es normal en la Biblioteca y que lo razonable (y aun la humilde y pura coherencia) es una casi milagrosa excepción.

La edición definitiva es de 1956, aunque los primeros cuentos son de 1941. Ahora quisiera hablar del Jardín de los senderos que se bifurcan y... Bueno, creo que necesito un post dedicado sólo a este libro.

Frankenstein o el moderno Prometeo

(Mary Shelley, 1818) La historia de cómo el Dr. Víctor Frankenstein quiero convertirse en un demiurgo, dios creador de vida. Con piezas de seres humanos y algo de electricidad, el monstruo de Frankenstein es la antesala del cyborg u otras formas de vida artificial. Quizá estamos ante el primer relato en forma de la ciencia ficción.

Usted busca el conocimiento y la sabiduría, como los busqué yo en otros tiempos, y deseo ardientemente que la satisfacción de sus deseos no le muerda como un áspid, tal como me sucedió a mí.

Frankenstein es la humanidad y el monstruo, su aniquilador.

Poema de Gilgamesh

(Anónimo, siglo VII a. de C.) La historia de Gilgamesh --reconocida como la narración más antigua que se haya escrito-- fue pasada de boca en boca por generaciones de sumerios que, por supuesto, la modificaron, extendieron y exageraron en una muestra mayúscula de la cultura del remix. El resultado es una narración trepidante sobre el rey Gilgamesh, su cruzada para matar al enorme Humbaba y la búsqueda de la inmortalidad.

¿A dónde vas, Gilgamesh? La vida que tú buscas nunca la encontrarás.

Hay muchas ediciones; la del Colegio de México "Gilgamesh: o la angustia por la muerte" es estupenda.

Hamlet

(William Shakespeare, alrededor de 1600) La frase binaria "¿ser o no ser?, he aquí la cuestión" --dicho sea de paso, discutida por algunos traductores-- representa una de la dudas filosóficas fundamentales, y la obra, un modelo imitado de una y mil maneras por generaciones posteriores de guionistas, escritores, dramaturgos, etc.

-- Rey: ¿Todavía ensombrecido por las nubes? -- Hamlet: No por las nubes, señor, sino por el sol.

Cuatrocientos años después los trabajos derivados seguirán, por lo que Hamlet sigue vigente para todos aquellos sensibles a la tragedia que inunda este nuestro mundo.

La invención de Morel

(Adolfo Bioy Casares, 1940) El protagonista, un fugitivo, descubre en una isla la existencia de una realidad que le es ajena y perturbadora. Su creador, Morel, es una vez más la metáfora del hombre en pos de la inmortalidad a través de la ciencia y sus artefactos. Borges, compañero y amigo de Bioy, decía de esta novela que no es "una imprecisión o una hipérbole calificarla de perfecta".

Hoy, en esta isla, ha ocurrido un milagro. El verano se adelantó... Escribo esto para dejar testimonio del adverso milagro.

No temo decir que Lost tiene una gran deuda con este libro.

La Metamorfosis

(Franz Kafka, 1915) Un día de tantos Gregorio Samsa despierta mudado a una versión distinta de sí mismo. Igual que cualquiera de nosotros; sí, nosotros, los habitantes de este mundo industrial, sujetos a la rutina de un trabajo sin sentido y a la vida burocrática de la modernidad.

Una mañana, tras un sueño intranquilo, Gregorio Samsa se despertó convertido en un monstruoso insecto... No estaba soñando.

En setenta y tantas páginas de La Metamorfosis, Kafka logra un retrato que vislumbra la condición impotente del hombre moderno. Claro que está, sólo es una de tantas interpretaciones. Algunos traductores, incluso Borges, refieren que el título correcto es La Transformación. A propósito, me parece que Radiohead le hace un buen homenaje con su _Climbing Up The Walls_.

Rayuela

(Julio Cortázar, 1963) Si en Ficciones Borges prefigura Internet, en Rayuela, Cortázar lo hace con la Web. Rayuela es hipertextualidad, un libro que igual se lee lineal que siguiendo el tablero de dirección propuesto por el autor, en saltos dentro de una red de ideas.

Ojalá pudiéramos saber claro, entender claro al margen de la ciencia y la razón. Y cuando digo «ojalá», andá a saber si no estoy diciendo una idiotez. Probablemente la única áncora de salvación sea la ciencia, el uranio 235, esas cosas. Pero además hay que vivir. [...] Cada vez iré sintiendo menos y recordando más, pero que es el recuerdo sino el idioma de los sentimientos.

Cortázar escribió "a su manera este libro es muchos libros, pero sobre todo es dos libros." Recomiendo la lectura en voz alta del capítulo 68.

Ulises

(James Joyce, 1922) Estamos ante el más complejo de todos los libros de esta lista. Joyce inscribe en él, por vez primera se dice, un intento por reflejar nuestro flujo de pensamiento, ese monólogo interior e infinito.

Según la edición este libro puede sumar mil páginas que hablan de un sólo día en la vida de Leopold Bloom, el 16 de junio de 1904. Las versiones en español son aún mayores debido a la citas al pie de página, imprescindibles para seguir el texto. Para mostrar ese concepto, les muestro un texto al azar de la versión original:

the flood dressed up poor man and he in mourning for the son then the same old bugles for reveille in the morning and drums rolling and the unfortunate poor devils of soldiers walking about with messtins smelling the place more than the old longbearded jews in their jellibees and levites assembly and sound clear and gunfire for the men to cross the lines and the warden marching with his keys to lock the gates and the bagpipes and only captain Groves and father talking about Rorkes drift and Plevna and sir Garnet Wolseley and Gordon at Khartoum lighting their pipes for them everytime they went out drunken old devil with his grog on the windowsill

Leer Ulises es una experiencia irrepetible y liberadora. El epílogo es una apoteósica avalancha de ideas, cuidadosamente seleccionadas, sin sentido aparente ni signos de puntuación. Algo similar, si lo piensas --como si no--, ocurre justo ahora en tu cabeza.

100 respuestas a “10 clásicos que todo geek amaría leer”