A las 08:44 horas del 19 de agosto de 1960, el Korabl-Sputnik 2 despegó del Cosmódromo de Baikonur. Era el segundo intento por enviar una cápsula Vostok con animales. Los tripulantes de esta travesía sideral fueron dos perros --Belka y Stelka--, acompañados por 40 ratones anónimos y una colección de plantas. Este emisarios, conocido en Occidente como el Sputnik 5, fue el primero en lograr que los animales viajaran al espacio y regresaran con vida, un hito que sirvió para impulsar, ocho meses más tarde, la llegada del cosmonauta Yuri Gagarin a la última frontera.

El Sputnik 5 es crucial en el entendimiento de los primeros pasos de la carrera espacial. Tres años antes, los soviéticos enviaron al emblemático Sputnik 2, tripulado por la conocida perra Laika. Sin embargo, el can tuvo un trágico final, ya que murió durante el trayecto, a escasas horas del despegue, víctima del estrés y el sobrecalentamiento. De todas formas, el destino de Laika estaba sellado, pues el control de la misión había envenenado la comida de la perra, sacrificándola antes de que sufriera una combustión corporal durante su regreso a la atmósfera terrestre.

El 29 de julio, los rusos hicieron un primer intento por mandar un Vostok con animales vivos, con un fracaso estrepitoso por un fallo durante el despegue. Sin embargo, tras corregir los errores, el vuelo del Sputnik 5 fue exitoso, recuperándose a todos los tripulantes sanos y salvos. Además, fue posible integrar una cámara de televisión, la cual grabó el comportamiento de los dos perros durante el viaje. De hecho, es muy común que las imágenes del Sputnik 5 sean citadas erróneamente como del Sputnik 2, el cual no llevaba ningún mecanismo de fotografía o vídeo.

El Sputnik 5 regresó a la Tierra a las 06:00 horas del 20 de agosto de 1960. Ambos perros regresaron estables, aunque uno de ellos presentó convulsiones durante la cuarta órbita. Curiosamente, el gobierno soviético regaló uno de los cachorros de Stelka a Jackeline Kennedy como obsequio de buena voluntad. Y muy acorde con la paranoia de la época, Estados Unidos estuvo a punto de devolver el presente porque los asesores de John F. Kennedy sospechaban que habían micrófonos ocultos implantados en el perro.

Sin este logro, habría sido imposible diseñar el Vostok 3KA, la nave que utilizó Gagarin en su memorable incursión. Los 90 minutos que pasó el Sputnik 5 en la órbita terrestre están guardados en las páginas de oro de la historia espacial, con el tremendo avance que implicó enviar y recuperar a un ser vivo en una aventura hacia lo desconocido. Por eso hoy recordamos que, un 19 de agosto de hace 51 años, el Sputnik 5 tocó el cielo y volvió para contarlo.

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