La política de YouTube con respecto a los contenidos protegidos por los derechos de autor, a veces, ha sido un quebradero de cabeza para los usuarios. Desde hace tiempo, el Content ID de YouTube localiza contenidos protegidos para "marcarlos" como uso inapropiado si han sido utilizados por algún usuario distinto al original, por ejemplo, porque haya subido un vídeo personal usando una canción comercial, sin embargo, existen contenidos de muy buena calidad que, aunque infrinjan esta norma, están muy bien posicionados, reciben muchas visitas y, por tanto, podrían ser un buen candidato a insertar un anuncio, eso sí, si YouTube no enmudeciese el vídeo. Ante esta tesitura, YouTube ha llegado a un acuerdo con la National Music Publishers Association (NMPA) para permitir que estos vídeos puedan existir y que la NPA perciba un dinero "compensatorio".

Entre el maremágnum de vídeos que hay en YouTube, algunos vídeos de homenajes y tributos (sobre todo de artistas superventas) tienen tantas visitas como los vídeos oficiales de estos artistas y, en el fondo, también son un gran vehículo para la promoción. Si, además, reportan visitas y YouTube puede insertar publicidad (e ingresar dinero), se genera una ecuación cuyo resultado es bastante interesante:

El usuario mantiene su vídeo intacto y, por tanto, permanece con la banda sonora que le puso (aunque ésta estuviese registrada en la NMPA) Si el vídeo está bien posicionado, YouTube le insertará publicidad y, dado que según los derechos de uso de la plataforma, YouTube puede insertar anuncios, si le interesa, podrá hacerlo * Si el vídeo reporta beneficios, gracias a la publicidad, el propietario de los derechos percibirá parte de estos ingresos, en compensación por su utilización

En el fondo, parece que todos salen ganando, bueno, quizás no todo el mundo, porque parece que los beneficios tan sólo son percibidos por el autor de la canción. Por ahora parece que será así, no obstante, YouTube quiere ir más allá y, gracias a sus acuerdos con las grandes compañías discográficas y con algunos sellos independientes, extenderá este sistema de ingresos al resto de implicados en la cadena, es decir, intérpretes y discográficas.

Con este movimiento, el Content ID que parecía haber llegado cual tijera de la censura, se transforma en una herramienta que pone en valor a todos los actores implicados: usuarios, autores, discográficas e intérpretes que, en el fondo, todos parecen salir ganando en un acuerdo que, por primera vez, no demoniza al usuario y, además, lo coloca en una interesante posición como vehículo de promoción de los cantantes.

Alguien podría pensar que el usuario, realmente, no se lleva nada. Bueno, si nos centramos en el punto de vista económico, parece que el usuario no percibe nada, sin embargo, para alguien que sube un vídeo con un tributo a un grupo musical, el número de visitas es ya un premio y si YouTube no enmudece el vídeo, si el contenido es bueno, recibirá su premio en visitas.