Para potenciar el número de televidentes de sus series de TV, la cadena estadounidense Fox decidió retrasar la disponibilidad de sus programas en Hulu para algunos suscriptores de cable. Hasta hace una semana, la gente podía mirar sus shows favoritos en el servicio de streaming al día siguiente en que fueron emitidos en televisión. Sin embargo, a Fox le pareció una mejor idea hacer que sus espectadores esperaran ocho días para mirar los contenidos en Internet. Grave error.
La idea de Fox apelaba a una lógica ingenua. Si decidían retrasar la disponibilidad de sus series, la gente tendría dos opciones: uno, correr hacia el televisor para mirar el show --y por ende, subir el rating--; o dos, esperar una semana para ver sus episodios. Por supuesto, ninguna de las dos situaciones pasó, pues la cadena olvidó que existen las descargas y el contenido compartido. Así, ante la imposibilidad de emplear Hulu, los fanáticos recurrieron a bajar sus programas al ordenador.
¿Por qué dispararse en el pie de una manera tan grotesca? A pesar de que el público está contento con las opciones de streaming --se calculan dos millones de espectadores en Estados Unidos para finales de 2011-- las cadenas aún no están conformes. La razón es que, económicamente, la televisión es más rentable para Fox por su tasa de penetración. La emisora pretendía que, al aumentar el número de televidentes, podría subirle los precios a las empresas de televisión satelital y por cable.
Es claro que al poner su contenido en Internet, Fox no puede negociar con un ISP para pedirle que suba el precio del servicio. Hulu es un modelo de distribución excelente, pero en monetización no es el ideal para la cadena. Sin embargo, Fox estuvo dispuesta a contravenir los deseos de la audiencia con tal de poder sacar más provecho de su modelo actual de negocio. Claro que les ha salido el tiro por la culata, pues si el público buscará siempre la opción que más le convenga, como el intercambio de ficheros. Por ejemplo, las descargas del último episodio de Hell's Kitchen crecieron 114% en comparación con los tres anteriores.
Las cadenas de TV deben comprender que las limitaciones de acceso son cosa del pasado, sobre todo si se quieren usar para condicionar la conducta del espectador. Ésta no es la manera más inteligente de combatir las descargas "ilegales". El consumo de medios está entrando a una etapa en la que los modelos de negocios deben ser repensados hacia un pago justo. Si la respuesta de Hulu ya era positiva, ¿por qué dar el paso atrás? Ahí están las graves consecuencias de apostar por la avaricia.