Paradojas de la vida, el prolífico autor y novelista de cómics británico Alan Moore, se convirtió de manera indirecta en parte de la lucha existente actual en la red. Su aclamada novela gráfica V de Vendetta tenía en la figura de su protagonista (inspirado en la figura real del conspirador católico inglés), al anarquista revolucionario Guy Fawkes enfundado en su famosa máscara como el adalid que trataba de derrocar al gobierno incitando a la población a la revolución. Con el tiempo fueron Anonymous los que tomaron el testigo en mayor o menor medida a la batalla de iniciaba Fawkes en el cómic trasladada a la red.
Entre las numerosas batallas que libra el colectivo destacó una en sus orígenes. La defensa de WikiLeaks ante las medidas adoptadas por el gobierno estadounidense le dieron voz y los situaron en el mapa con sus acciones. Moore lanzó hace unas horas un comunicado al estado actual del soldado Manning, acusado de filtrar los documentos de las embajadas a la organización. En la carta, el autor británico denuncia su situación denigrante ante un juicio que aún no tienen fecha.
Con la misma demuestra que no sólo es un genio en la creación de historias como la nombrada V de Vendetta, Watchmen o From Hell, sino que detrás de sus historias existe un hombre con las mismas ideas que promulga. Simplemente pide justicia y un juicio para quién aún no sabemos cual será su futuro.
El juicio legítimo para Bradley Manning sigue sin fecha especifica en el futuro, por lo que parece que no encontramos aquí, actualmente, en un juicio de la misma cultura occidental.
Cuando la persecución de una persona que ha puesto de manifiesto un mal se lleva a cabo de esta manera tan despiadada, y sin embargo el mal en sí es ignorado, todos debemos saber que hay algo malo, equivocado en la forma en que nuestra sociedad lo está llevando a cabo.
Si no protestamos de la manera más fuerte que podamos ante lo que se le está haciendo a este hombre, entonces nos convertimos en cómplices.
No hay una tercera opción. Bradley Manning y otros como él en todas partes del mundo son vitales para nuestra salud moral y el bienestar de nuestro pueblo, y sino les ofrecemos todo nuestro apoyo en sus circunstancias, graves, aislados, somos nosotros como pueblo los que terminaremos perdiendo.