Hoy en día, ver a alguien trabajar con un portátil en una cafetería, en la estación o en un parque, no es una estampa que nos sorprenda, de hecho, más bien ocurre todo lo contrario. La llegada de los netbooks (portátiles de muy bajo coste) y la disminución del precio de sus hermanos mayores, han popularizado el acceso a estos dispositivos que, principalmente, se encontraban vinculados al sector más profesional que necesitaba poder trabajar desde cualquier ubicación. La vinculación del ordenador portátil al sector profesional ha durado, prácticamente, veinte años, desde que, en 1981, Epson lanzase al mercado la HX-20. Sin embargo, hay un modelo que también data de 1981, y se le considera el primer modelo de portátil con éxito comercial: el Osborne I.
El Osborne I fue un ordenador portátil que se presentó el 3 abril de 1981 en la Feria de Computación de la Costa Este de Estados Unidos. Este dispositivo, fabricado por Osborne Computer Corporation, sentó las bases de lo que hoy en día conocemos como un ordenador portátil, es decir, un dispositivo que incluye interfaces de entrada (unidades de disco y teclado) e interfaz de salida (un monitor), algo que apenas ha variado en treinta años.
Este portátil pesaba la friolera 10,7 Kg, así que más que portátil era portable, no contaba con baterías (por lo que, obligatoriamente, necesitaba de una toma de corriente de 120 V en su primera versión, admitiendo 230 V a 50 o 60 Hz en versiones posteriores), un teclado (que podía desconectarse), dos unidades de disco de 5,25" pulgadas (con 40 pistas 100 KB de capacidad), un procesador Zilog Z80 a 4 MHz, 60 KB de RAM, un puerto paralelo para impresora, un puerto RS-232 y un CRT monocromo de 5 pulgadas que tenía una resolución de 24 líneas de 52 caracteres cada una. El Osborne I utilizaba como sistema operativo el CP/M 2.2 (Control Program for Microcomputers) que incluía un paquete de software formado por Wordstar (como procesador de textos), SuperCalc (para el manejo de hoja de cálculo), MailMerge (para la gestión del correo electrónico) y dBase II (para gestionar base de datos).
Este portátil fue toda una revolución y se empezó a vender bastante bien durante 1981 y 1982, haciendo que Osborne Computer Corporation tuviese uno de los mejores reportes de ventas e ingresos del sector (73 millones de dólares de la época), hay que tener en cuenta que cada unidad costaba casi 1.800 dólares de la época (lo cual era bastante barato e hizo que se popularizasen mucho las ventas). Pero claro, si tenemos en cuenta que, solamente, el paquete de software estaba valorado en 1.500 dólares y el portátil se vendía por 1.8000 dólares, las cuentas no le salían a los analistas. La compañía vendió 11.000 unidades en los ocho primeros meses de ponerse a la venta y, además, contaba con un pedido de 50.000 unidades, sin embargo, contaba con una capacidad de producción de 10.000 unidades, basada en sus proyecciones de ventas y su plan de negocio.
Al final, la compañía tuvo que ponerse las pilas para satisfacer la demanda. Osborne pasó de una empresa de 2 empleados a 3.000 para satisfacer la demanda pero abandonó el control de calidad y la producción empezó a dar portátiles defectuosos, alcanzado cotas de entre un 10% y un 15% de equipos defectuosos.
El Osborne I, además de revolucionar el mercado, hizo que el resto de empresas se metieran prisa en lanzar productos similares o mejores que este visionario producto. Kaypro Computer lanzó un portátil similar, que también usaba el sistema operativo CP/M 2.2, pero que incluía una pantalla de 9 pulgadas (mucho más grande). En paralelo, IBM lanzó su PC de 16 bits que era más rápido y contaba con una biblioteca de software con muchas más utilidades y Compaq lanzó un portátil que era compatible con IBM, por lo que se abría mucho más el campo de acción al existir compatibilidad entre distintos fabricantes.
Con estas condiciones de contorno, Osborne empleó 20 millones de dólares en desarrollar una nueva versión de portátil que fuese compatible con IBM pero cuando terminaron los desarrollos y lanzaron el Osborne Executive, se encontraron con un panorama en el que el nuevo dispositivo, en comparación con el resto, no ofrecía nada nuevo y, además, mientras desarrollaron el Executive, siguieron fabricando versiones del Osborne I que generaron un stock que no se llegó a vender (a pesar que bajaron el precio a 995 dólares).
En 1983, Osborne Computer Corporation entró en suspensión de pagos, aunque fue rescatada por un grupo de inversores que intentó reflotarla sin demasiado éxito.
El Osborne I, hoy en día, además de ser una reliquia, está ampliamente reconocido como el primer ordenador portátil de la historia, al menos, entendiendo portátil como los que conocemos actualmente. Hoy en día sigue es un objeto de colección y en eBay se pueden encontrar algunas unidades, a buen precio, que aún funcionan. Uno compara el Osborne I con el Chromebook de Google o cualquier portátil de los que podemos encontrar hoy en día y se da cuenta de cómo han cambiado las cosas en, apenas, 30 años.