Rupert Murdoch es el hombre del momento. Por desgracia, el magnate de los medios está en el ojo del huracán tras el escándalo de su diario News of the World, hallado culpable de entorpecer una investigación judicial mediante la alteración de pruebas. Lo que inició hace cinco años como una pésima treta periodística para ganar titulares ha terminado en una estampida contra el millonario, poniendo en riesgo a News Corporation, su imperio mediático. ¿Cómo llegamos a este punto? Para aquellos que no estén familiarizados con el caso, les dejo cinco pasajes para entenderlo:
1. Los orígenes
Para entender el inicio de la historia hay que remontarse a agosto de 2006, cuando Clive Goodman, editor de la sección de Realeza de News of the World; y el investigador privado Glenn Mulclair fueron acusados por hackear los mensajes de voz de varios miembros de la Familia Real Británica. Las investigaciones de la policía condujeron a que la redacción del periódico habría accedido a los buzones de diferentes figuras públicas, entre ellas celebridades, futbolistas, jefes militares y miembros del Parlamento. Entre sus víctimas más famosas resaltaban John Prescott, entonces Primer Ministro Adjunto; Alex Ferguson, director técnico del Manchester United; Boris Johnson, vocero de la Oposición; e incluso Rebekah Brooks, editora del diario The Sun --también propiedad de Murdoch--.
Aunque se sospechaba que varios periodistas estaban involucrados en el escándalo, Goodman fue el único suspendido de sus labores en el periódico, pasando cuatro meses en prisión por el delito. Así mismo, el editor de News of the World, Andy Coulson, renunció a su cargo en el diario. Sin embargo, poco tiempo pasó para que Coulson tomara un mejor trabajo. En 2007, David Cameron, entonces líder de la oposición, fichó al ex editor como su director de comunicaciones. A pesar del caso de la intrusión telefónica, el político negó tener conocimiento de algún antecedente negativo contra su empleado.
En 2009, el diario británico The Guardian reveló que el hacking de mensajes de voz era una práctica habitual, lo que levantó los cuestionamientos contra Cameron al interior de su partido. Sin embargo, Coulson se mantuvo en su posición a pesar de los reclamos. A la postre, Cameron llegaría a la posición de Primer Ministro de Inglaterra en mayo de 2010 --cargo que actualmente ostenta--, conservando a Coulson en su nómina.
2. Las irregularidades
A mediados de 2009, se solicitó que la policía reabriera el caso. Sin embargo, las autoridades consideraron que no había cambios significativos en las pruebas, por lo que desestimaron esta posibilidad. Sin embargo, en febrero de 2010, The Guardian señaló que tres compañías telefónicas había informado en 2007 que los buzones de voz de cerca de un centenar de sus clientes habían sido intervenidos. Según las pesquisas de Scotland Yard, estos números habían sido accedidos por Goodman y Mulcaire. Meses después, se reveló que aunque sólo se habían presentado ocho nombres en la corte, la policía había encontrado cerca de cuatro mil nombres de personas y tres mil números telefónicos vinculados con el periodista del News of the World.
En septiembre de 2010, el New York Times publicó un reportaje en el que aseguraba que Andy Coulson no sólo tenía conocimiento de los hackeos, sino que alentaba esta práctica dentro de la redacción del diario. Esta vez, la policía sí decidió reabrir el caso para captar nueva evidencia. Entre las pruebas, estuvo el testimonio de Sean Hoare, un antiguo colaborador de Coulson, quien declaró que el editor estaba tan implicado que incluso escuchaba él mismo los mensajes de voz sustraídos.
En su momento, Coulson salió prácticamente ileso, ya que el testimonio de Hoare fue minimizado porque el redactor fue despedido del News of the World por problemas de abuso de sustancias. Así mismo, la investigación del NYT fue considerada como un golpe contra Rupert Murdoch por haber lanzada la edición local del Wall Street Journal, otro de los diarios de News Corp. Sin embargo, la presión no cedió, por lo que terminó por renunciar a su cargo en enero de 2011.
3. Se destapa la cloaca
La justicia británica decidió tomar cartas en el asunto, y a través de la Operación Weeting, comenzaron a caer numerosos periodistas del News of the World. Las demandas comenzaron a llover sobre el periódico, que a tumbos ofrecía disculpas a algunos (poquísimos) de los afectados por la intrusión.
Entonces llegó el caso de Milly Dowler. El 4 de julio, The Guardian reportó que Glenn Mulcaire había recolectado datos personales sobre la familia de Milly, un niña desaparecida en marzo de 2002 cuyo cadáver fue encontrado seis meses después. De acuerdo a la averiguación, el News of the World contrató al detective para que irrumpiera en el correo de voz de la chica. Debido a que el intruso borró algunos mensajes del buzón, dándole esperanzas falsas a la familia, entorpeciendo la investigación policial y destruyendo evidencia importante.
El fuego continuó cuando se dio a conocer el 6 de julio la intrusión a los teléfonos de varios parientes de soldados ingleses muertos en las guerras de Irak y Afganistán. Esta revelación provocó que la Casa Real anunciara la suspensión de todos los acuerdos comerciales con el diario. Al día siguiente, el 7 de julio, también se dio a conocer que el staff del News of the World había entrado en los buzones de voz de los familiares de las víctimas de los atentados en Londres en 2005. Estas revelaciones conmocionaron a la prensa nacional e internacional. Las miradas se dirigieron hacia Rebekah Brooks, directora del News of the World, quien negó por completo conocer sobre el asunto.
4. El cierre del News of the World
Con la presión encima, Rupert Murdoch decidió cerrar el diario, cuya trayectoria se remonta a hace 168 años. El 10 de julio de 2011 se imprimió la última edición del periódico dominical. Sin embargo, no se trató sólo de un movimiento para satisfacer a la opinión pública; sino una táctica para salvar su inversión en la British Sky Broadcasting, de la cual posee actualmente 39.1% de las acciones. Murdoch planeaba hacerse del control total de la televisora. No obstante, con el escándalo, la Cámara de Lores y Comunes había presentado una moción para discutir esta acción; así que, antes de pasar por los legisladores, el magnate decidió retirar su propuesta.
A la par del fin de la publicación, sobrevinieron las renuncias. La más llamativa fue la de Rebekah Brooks, directora del diario y jefa ejecutiva de News International --la rama internacional de News Corporation--. También se fueron Tom Crone, administrador legal de News International, quien en su momento negó la evidencia de las intervenciones telefónicas; Les Hinton, jefe ejecutivo de Dow Jones & Company (subsidiaria de News Corporation), quien también rechazó las pruebas de intrusión ante el Parlamento; y John Yates, comisionado asistente, altamente criticado por negarse a reabrir el caso en 2009.
También llegaron algunos cuantos arrestos importantes. El primero fue el de Andy Coulson, quien fue detenido bajo el cargo de conspiración para intervenir comunicaciones. Después cayó Neil Wallis, ex editor ejecutivo del News of the World, sospechoso del mismo delito. Finalmente, cayó Rebekah Brooks, otrora editora del diario y recientemente separada de su cargo en News International, por los mismas felonías que Coulson y Wallis, más una acusación por corrupción. Brooks ha librado la cárcel gracias al pago de fianza, pero su juicio se resolverá en octubre de este año.
Por si hiciera falta algo más para enturbiar el caso, el 18 de julio fue encontrado muerto Sean Hoare, el antiguo colaborador de Coulson que lo denunció en septiembre de 2010. Su muerte se ha dado por causas desconocidos, pero la policía británica niega que el suceso esté vinculado de alguna forma con este escándalo.
5. ¿Qué sigue?
Lo peor aún no ha pasado. En Estados Unidos, el FBI ha decidido entrar a investigar si el News of the World estuvo implicado en intervenciones telefónicas a familiares de las víctimas de los atentados del 11 de septiembre. La entrada de las agencias de inteligencia de EE.UU podrían meter en problemas aún más serios a News Corporation.
Otro tema que ha surgido es la sucesión de Rupert Murdoch como CEO de su imperio mediático. El señalado lógico es James Murdoch, su segundo hijo, quien ha tenido puestos de importancia al interior del corporativo. Sin embargo, las especulaciones sobre el futuro de la empresa han aumentado ahora que los accionistas minoritarios --quienes, en conjunto, controlan una buena tajada de la compañía-- han cuestionados los Murdoch en la cabeza de News Corporation. De hecho, se dice que están pensando en deponerlo si tiene una mala actuación este martes ante el Parlamento británico.
Por último, los colectivos LulzSec y Anonymous han lanzado una campaña contra Murdoch, atacando al sitio web del diario The Sun, así como revelando números telefónicos y direcciones de ex colaboradores del News of the World. También WikiLeaks tiene algo que decir, pues Julian Assange declaró hace unos días que tiene más de 500 cables diplomáticos relacionados con News Corporation, los cuales utiliza como "seguro de vida" en caso de que algo le suceda a él o la organización.