Hoy 23 de junio, además de celebrar el final de solsticio de verano y la noche de San Juan, también recordamos el nacimiento de uno de los padres de las Ciencias de la Computación y uno de los grandes criptólogos que conoció el siglo XX: Alan Turing. Alan Mathison Turing, que nació el 23 de junio de 1912 en Londres y murió el 7 de junio de 1954 en Cheshire, fue un matemático, criptógrafo, filósofo y un teórico de la computación que trabajó, durante la Segunda Guerra Mundial, en el equipo que descrifró el código Enigma de la Alemania Nazi y que, tras la guerra, diseñó uno de los primeros computadores digitales programables y publicó uno de los primeros trabajos sobre inteligencia artificial.
Desde muy joven, Turing siempre mostro especial interés en las matemáticas y el cálculo, destacando estas habilidades en su época escolar frente al resto de disciplinas. Esta predilección por las matemáticas frente a otras disciplinas le llevó a suspender sus exámenes finales y a ingresar en la universidad que había elegido como segunda opción: el King's College de la Universidad de Cambridge, lugar en el que se quedó y en 1935 obtuvo una plaza como profesor.
Al año siguiente, Turing editó un trabajo publicado por la Sociedad Matemática de Londres: On computable numbers, with an application to the Entscheidungsproblem, un trabajo que presentó un modelo formal de computador, la máquina de Turing, que trazaba una línea que dividía los problemas matemáticos en dos grupos, los que podían resolverse mediante un computador y los que no podían ser resueltos por una máquina. Este modelo teórico y su análisis de complejidad de algoritmos se sigue usando hoy en día, por ejemplo, en el mundo del Álgebra (los problemas P y NP). Durante 1937 y 1938, Turing realizó su doctorado en la Universidad de Princeton, gracias a que sus trabajos llamaron la atención de John von Neumann, momento en el que, durante la defensa de su tesis, introdujo el término hipercomputación.
Al estallar la Segunda Guerra Mundial, Alan Turing fue reclutado, junto a otros matemáticos, por el ejército británico para descifrar los códigos criptográficos alemanes, que procedían de la famosa máquina Enigma. Durante estos años, Turing colaboró en el diseño de una máquina, construida a base de relés, denominada Bombe cuya función era descifrar los códigos alemanes. Además, con el objeto de mejorar las máquinas descifradoras, sentó las bases para poder construir la primera computadora electrónica, Colossus, realizada con válvulas de vacío y de la que se construyeron diez unidades desde 1943. Tras finalizar la guerra y por los servicios prestados (que salvaron muchas vidas en el Atlántico), le fue concedida la Orden del Imperio Británico en 1946.
Al terminar la guerra, Alan Turing se integró en las filas del Laboratorio Nacional de Física en el diseño del ACE (Motor de Computación Automática), un proyecto para competir contra el EDVAC americano (dirigido por von Neumann). En 1947, Turing concibió la idea de las redes neuronales, el concepto de subrutinas y las bibliotecas de software. En 1949 fue nombrado director del laboratorio de computación de la Universidad de Mánchester y trabajó en el diseño del lenguaje de programación de una de las primeras computadoras del mundo, la Manchester Mark I. Fue en esta época, en 1950, cuando publicó uno de sus artículos más importantes, que sentó las bases de la inteligencia artificial, Computing Machinery and Intelligence, que comenzaba con una pregunta:
Propongo considerar la siguiente cuestión: ¿Pueden pensar las máquinas?
En este artículo, Alan Turing abordó el problema de la inteligencia artificial y propuso un experimento, conocido como la prueba de Turing, que definía una prueba estándar con la que poder catalogar si una máquina era "sensible" o "sintiente" y llegando a pronosticar que en el año 2000 las máquinas serían capaces de imitar tan bien a los humanos que, en un 70% de los casos, sería muy complicado averiguar si estábamos hablando con una máquina o con un ser humano (algo que no llegó a ocurrir pero que a todos nos recuerda a Blade Runner).
En 1952, en plena cúspide de su carrera, Alan Turing fue procesado por ser homosexual (que en esa época era delito en Inglaterra) y fue condenado o bien a la castración química o a un año de prisión. Optó por la castración química que le acarreó graves secuelas físicas y, en 1954, murió tras ingerir una manzana envenenada con cianuro, acto que fue considerado como suicidio en aquella época, si bien hay teorías que apuntan al asesinato.
Un triste final para todo un genio que sentó las bases de gran parte de nuestra actual tecnología y que, tal día como hoy, hubiese cumplido 99 años.
Imágenes: The Guardian, Wan Link Sniper y Wikipedia