Bienvenidos a la nueva moda de las grandes compañías tecnológicas. Bienvenidos a la era de la nube. ¿Pero qué es eso de la nube? Es algo tan sencillo como poner los contenidos que queramos en un espacio en la Red, que nos permita usarlos y/o disfrutarlos allí donde estemos. Pero el concepto de la nube es todavía más amplio, pues dentro de esta base de tener los contenidos que queramos donde queramos, tenemos otra serie de opciones interesantes.
Por ejemplo, si tenemos un ordenador y no tenemos Office, no importa. Con una conexión a Internet y la suite Google Docs, podremos salir del paso de cualquier tarea ofimática. Google Docs es una aplicación ofimática, instalada en Internet y asociada a nuestra cuenta de Google. ¿Qué queremos nuestros ficheros de Office disponibles en cualquier sitio sin tener que llevar un pendrive en la mochila y luego tener que actualizar los archivos en cada ordenador que tengamos? Pues no hay problema, porque Microsoft Live nos proporciona un espacio en la nube para almacenar nuestros ficheros. El navegador de Internet se convierte en la puerta a todos estos servicios, y en la única aplicación (o casi) que necesitamos para poder acceder a ellos.
Evernote, como capturador de contenidos accesible desde cualquier lugar o Dropbox como máximo de la unidad en la nube con posibilidad de compartir carpetas entre usuarios, son algunos de los ejemplos de lo potente y práctico de esta tecnología. De hecho, el futuro empresarial pasa por aplicaciones corporativas de gestión en la nube que permitan a cualquier persona de la misma trabajar desde cualquier lugar como si estuviera en la oficina, sin necesidad de instalar nada en sus equipos. Pero ahora estamos dando un nuevo paso, algo que va más allá. Comenzamos a hablar de contenidos a otro nivel. El siguiente paso es: la música.
Apple, Google o Amazon, preparan o ya tienen disponibles servicios que permiten subir nuestra librería musical a la Red, y poder disfrutarla desde donde queramos. El que ya está operativo es Amazon Cloud Drive, que nos permite subir música, vídeo, fotos o cualquier otro contenido, y poder verlo/oírlo en streaming sin necesidad de descargarlo al equipo. Ofrece 5GB gratuitos y desde hace pocos días, es compatible incluso con dispositivos iOS como el iPhone o el iPad, permitiendo oír en streaming la música que hayamos subido. Más capacidad, requiere opciones de pago, pero podemos disponer hasta de 1TB de información, por el módico precio de 1.000$ al año. Para un particular puede ser una locura, pero para una empresa tal vez no tanta, dada las grandes ventajas que aporta de seguridad, facilidad, etc.
Google acaba de anunciar que en Conferencia Google I/O, Google Music, un servicio similar en el que tendremos un espacio en la nube, donde podremos subir nuestra librería musical y poder oírla donde queramos. Esto supone una gran ventaja, por ejemplo, a nivel de espacio. Imaginen que nuestro iPhone o iPad es el modelo más básico en cuanto a capacidad de almacenamiento. No importa, porque con Google Music (o Amazon Cloud Drive) tenemos nuestro música en la red a una calidad aceptable, y podemos oírla sin consumir espacio en el dispositivo.
El último en subirse al carro, será Apple con su iCloud. Ya hemos hablado muchas veces del gran Data Center que Apple tiene en Carolina del Norte, y hemos hablado de cómo está claro que Apple ofrecerá igualmente la posibilidad de subir nuestra librería musical a la Red. De igual forma, como ya hace Amazon Cloud Drive, toda la música que hayamos comprado en la iTunes Music Store, estará disponible sin consumir espacio extra, para poder oírla en streaming. Esto sin duda es una gran idea, que como decimos ya hace Amazon. En este caso, si compramos un álbum en la tienda Amazon MP3 Store, tendremos dicho álbum disponible en streaming sin consumir espacio extra. Además, ahora en período de promoción, si compramos un álbum en su tienda, nos regalan 20GB durante un año. Toda una oportunidad.
Sobre la mesa, las posibilidades son magníficas. Tenemos nuestra música, se sube a la nube, y la disfrutamos donde queramos. En un país como España podría ser algo más problemático dada la carencia de puntos de acceso WiFi (aunque vamos mejorando) y lo restringido de los planes de datos de las compañías, pero en USA, donde hay multitud de puntos de acceso WiFi, es mucho más práctico. Sin duda, tener nuestra música y contenidos en la nube para disfrutarlos cuando queramos, es una gran idea.
Pero entonces es cuando llega el malo de la película. El señor de la discográfica que dice que cómo es eso de poner la música en la nube y que ellos no se lleven un bocado. Esos señores, de una industria cultural retrógada y, por fortuna, en vías de extinción, que creen que la cultura es un bien del que puede sacarse el mayor beneficio para ellos mismos y tener aún más de lo que tienen. Es cuando llegan los señores gestores de Derechos de Autor (ese concepto obsoleto que debería redefinirse en sí mismo para que realmente sean derechos del autor y no de los gestores, de los que publican, de los que venden, etc.) que dice que cómo va a poner música la gente en la nube sin que ellos se llevan un bocadito, para repartirlo como le de la gana y darle más a quien más tiene, y poco o nada a los artistas y autores que realmente lo necesitarían.
Por esto, la industria discográfica ya está intentando meterle mano a Amazon para ver cómo exigirles su parte del pastel, lleva meses negociando con Google y algunas de ellas no llegan a acuerdos (la propia Google dice que hay un par de discográficas que ponen unas condiciones encima de la mesa que son inaceptables para dar un servicio competitivo y de calidad) y Apple lleva también otros tantos meses de negociación dura con estos señores que, si por ellos fuera, cerrarían Internet, quemarían todos los reproductores MP3 del mundo, así como grabadoras de CD/DVD y volveríamos a la época del DiscMan, pero eso sí, sin cintas de cassette que son malas para la salud.
La experiencia nos dice que el progreso siempre gana, así que al final verán que todo esto es una ventaja para ellos y no un inconveniente. Tendrán que aceptar que la gente tenga música gratis con el fin de poder elegir cual comprar (modelo Spotify) y tendrán que aceptar que el mercado va dirigido hacia servicios de tarifa plana de contenidos, enfocados en el consumo, que nos permitan elegir aquello que queremos comprar o simplemente consumir a un módico precio. Todos saldremos ganando y no tendrá sentido la piratería, porque no nos engañemos: la piratería no es cómoda ni fácil. Pongan un sistema cómodo y fácil, y la gente preferirá pagar por ello.