De acuerdo con la cobertura en vivo de Reuters, la Agencia de Seguridad Nuclear ha confirmado una fisura en el techo del reactor 4 de la planta nuclear de Fukushima. Así mismo, dicho reactor se encuentra en llamas en estos momentos, mientras se lucha por sofocar el incendio. La situación se acerca peligrosamente al nivel máximo de accidentes nucleares. Hasta ahora, sólo el suceso en Chernobyl en 1986 ha llegado al grado más alto de la Asociación Internacional de Energía Atómica (IEAE).

Tras la explosión registrada este martes, los expertos afirmaron que la situación es más grave que Three Mile Island, por lo que manejan un posible nivel 6, lo que cataloga a Fukushima como un accidente serio. "El incidente ha tomado una dimensión completamente diferente en comparación con ayer", declaró Andre-Claude Lacoste, titular de la Agencia de Seguridad Nuclear de Francia. "Es claro que estamos en un nivel seis".

CNN reporta que, de acuerdo con las autoridades niponas, existe fuga de material radioactivo, aunque la mayoría se ha disipado en la atmósfera. Sin embargo, han resaltado que el suelo de un radio de 20 kilómetros de la planta deberá ser evaluado para determinar el grado de contaminación, antes de que los evacuados puedan volver a casa. Así mismo, descartan momentáneamente que esto signifique un riesgo para la salud pública; no obstante, la situación se clarificará en las próximas 48 horas.

Los sistemas de enfriamiento de Fukushima ya no funcionan, por lo que los equipos de trabajo se están alternando para ventilar el vapor radioactivo e inyectar agua en cada reactor. Aunque algunos medios manejan que el accidente podría alcanzar el nivel 7 en próximas horas, ni el gobierno japonés ni la IEAE se han pronunciado al respecto.

¿Cuál es el diagnóstico? La buena noticia es que la mayoría de los isótopos de cesio 137 y de yodo 121 ya fueron capturados por el sistema de filtración de los reactores. La mala es que si uno de los núcleos entra en fusión, es probable que derrita el contenedor de metal, lo que provocaría una explosión o una vaporización rápida, que podría arrastrar partículas radioactivas con el viento. El peor escenario posible sería una fundición del núcleo y contención en la base, lo que causaría la liberación de radiación alta.