Mark Weiser escribió en 1991 un legendario artículo titulado "La computadora del siglo XXI" (PDF, inglés), que comienza así:

Las tecnologías más profundas son aquellas que desaparecen. Ellas se tejen en la fábrica de la vida diaria hasta ser indistinguibles.

Tres años antes, en 1988 Mark había acuñado un término muy conocido hoy en día en el ambiente académico: la computación ubicua, bajo cuyo concepto intentó englobar a los dispositivos de cómputo diseñados en función de estos cuatro principios:

El propósito de un dispositivo de cómputo es ayudarte a hacer algo más La mejor computadora es un sirviente callado e invisible Mientras más uses la intuición más listo eres; la computadora debe extender tu inconsciente La tecnología debería crear calma

Según Weiser --insisto, esto lo dijo a finales de los 80-- la historia de la computación podría dividirse en tres eras clave: la de los mainframes, la de la computadora personal, y la de una por venir que es justamente la computación ubica. Los mainframes estaban frente a nosotros, las PC a nuestro lado, y los verdaderos dispositivos post-PC en el segundo plano de nuestras vidas.

No pude evitar recordar esos conceptos hace un par de días, cuando un Steve Jobs evangelizador le dijo a millones algo que vale la pena reproducir aquí:

Nuestros competidores están mirando esto como el mercado de PC que viene. Ese no es el enfoque correcto para esto. Estos son dispositivos post-PC, que necesitan ser más fáciles de usar que un PC, más intuitivo. El hardware y el software necesario para entrelazar más de lo que hacer en un PC. Creemos que estamos en el camino correcto con esto.

El paralelismo entre la computación ubicua propuesta por Weiser hace 20 años y la era de la computación post-PC multi mencionada por Jobs en este 2011 es evidente. Sin embargo, no son conceptos idénticos. La computación ubicua abarca un espectro más amplio de posibilidades. Weiser, insisto, decía que el problema con las computadoras personales no sólo tiene que ver con la interfaz de usuario, que

[...] laptops, dynabooks y "navegadores de conocimiento" son un paso transitorio hacia el verdadero potencial de las tecnologías de la información. Tales máquinas realmente no pueden hacer computación de una forma integral y a la vez invisible de la forma en que la gente vive su vida [...] estamos intentando concebir una nueva forma de pensar sobre las computadoras en el mundo, una que tome en cuenta el entorno natural de una persona y permita a las computadoras desaparecer por sí mismas en el ambiente.

Ahora bien, pongo en la mira a los tres dispositivos que Jobs coloca en la generación post-PC, que si bien son un avance tremendo en términos de la experiencia que ofrecen al usuario, no cierran la era a la que pertenecen. Esos dispositivos aún no son invisibles. Donde invisible es la herramienta que está dentro de nuestro inconsciente; esto es, cuando el usuario se enfoca en la tarea y no en la herramienta.

Así que post-PC no significa llevar la tablet a la playa o el aeropuerto, tampoco es sólo experiencia, diseño, realidad virtual, mucho menos si al final del día tienes que preocuparte por la actualización de la versión 4.x o por su incompatibilidad con otras herramientas. Post-PC en términos de computación ubicua debería ser muy parecida a algo tan común como los anteojos para la vista: "te permiten mirar el mundo, no los cristales".

Quiero terminar este artículo como lo inicié, citando a fallecido Mark Weiser. Sus palabras me parecen concluyentes y muy poderosas para estos días donde la información es un dios:

Más importante, las computadoras ubicuas ayudarán a superar el problema de la sobrecarga de información. Hay más información disponible en las yemas de nuestros dedos durante una caminata en el bosque que en cualquier sistema de cómputo, sin embargo las personas encuentran relajante caminar entre los árboles y frustrante trabajar con computadoras.

Las computadoras que se adaptan al entorno humano en vez de forzar a las personas a entrar a ellas, harán que usar una computadora sea tan refrescante como esa caminata entre los árboles.

Foto: Xerox PARC