Imaginad que entráis al centro comercial de turno, fajo de billetes en ristre, dispuestos a adquirir vuestro tan ansiado iPad. Larga ha sido la espera hasta el momento en que, ya a solas con la estética caja blanca, os disponéis a abrirla para embriagaros con ese perfume a novedad. Allí está: vuestra nueva tablet, dispuesta a ser toqueteada en grado sumo, pidiéndoos a gritos que la emborronéis de huellas.
La sacáis de su plástico aprisionamiento y procedéis a encenderla. Nada ocurre. ¿Puede ser que haya vuelto a ocurrir? ¿os han vuelto a colar la unidad defectuosa del lote? -Siempre la misma historia -os repetís. El protagonista del post tuvo aún peor suerte, pues lo que le habían vendido era ni más ni menos que una unidad de muestra... inoperativa.
Sí, como leéis, uno de esos falsos iPads con que muchos fabricantes presentan fundas y accesorios en las ferias del sector. Enorme sorpresa e indignación para este comprador de WalMart, que se encontró con un carísimo pisapapeles provisto de una representativa captura de pantalla, bajo una capa de cristal a imitación.
Lo más grave del asunto es que WalMart se ha negado a la devolución del producto, culpando a Apple del "inconveniente". En el vídeo sobre estas líneas se sugiere que algún avispado compró un original, hizo el cambiazo y se embolsó la inversión.
El afectado va a interponer una demanda al establecimiento. No sabemos qué tendrá que decir Apple al respecto (si es que dice algo).
