Tras las protestas en Egipto, coordinadas en gran parte gracias a Internet, el presidente sirio Bashir al-Assad retiró una prohibición de cuatro años a Facebook y YouTube. ¿Por qué? El dictador sabe que el efecto dominó que se desencadenó en Túnez puede llegar a otros países en situaciones de opresión, así que ha decidido curarse en salud con esta medida.
El Departamento de Estado ha aplaudido esta medida, pero la simulación es evidente. Alec Ross, asistente de Hilary Clinton, externó que ven con optimismo que Siria haya liberado el acceso a Facebook y YouTube. No obstante, están preocupados de que este cambio ponga en peligro a los usuarios, ya que no se pueden garantizar los derechos a la libertad de expresión y reunión.
El diario Al-Watan señala que el retiro de los firewalls que cortaban el acceso a estos sitios es una muestra de que el gobierno no teme que estos sitios amenacen el desempeño del estado. El clima de protestas ya había llegado a Facebook en Siria: la semana pasada, un grupo convocó a una manifestación en Damasco. A pesar de que este Día de la Furia juntó cerca de 12 mil seguidores, al final no se vio gente en las calles. Por cierto, pese a su apertura, el gobierno sirio aún mantiene su lista negra con otros sitios bloqueados, tales como la versión árabe de la Wikipedia, varios medios de comunicación árabes y blogs especializados.
Siria no es el único país que plantea llevar la lucha al frente de las redes sociales. También en Sudán, el presidente Omar al-Bashir ha pedido que su gobierno expanda la electricidad a zonas rurales “para que los ciudadanos jóvenes puedan usar computadores e Internet para combatir la oposición a través de redes sociales”. En el caso del mandatario sudanés, él ha resistido el embate de dos semanas de protestas, por lo que ahora quiere que expandir el servicio para que otros ciudadanos confronten a los protestantes. “Cuando veas las barbas de tu vecino cortar...”, bien reza el adagio.