Una vez más, la justicia española, al menos hasta que alguien intente suplantarla con la ridícula Ley Sinde vuelve a mostrarse muy clara en un aspecto: compartir enlaces no es delito. Así al menos ha concluido el juzgado nº1 de lo Penal de Barakaldo, Vizkaia en el caso que enfrentaba a la página FenixP2P y a las asociaciones de Adese y Promusicae. El tribunal ha establecido que aunque los acusados ofrecían a través de la página acceso gracias a enlace a contenido protegido por derechos de autor no puede considerarse que lo ofreciesen de manera directa, como mucho de haber hecho de cooperantes necesarios o facilitadores de una actividad entre particulares, actividad que, para mayor inri, tampoco es delictiva.
O lo que es lo mismo, no sólo compartir enlaces no es delito, sino que compartir los archivos a los que hacen referencia esos enlaces tampoco lo es, doble tacada. En definitiva, otra sentencia que vuelve a establecer y a dejar muy claro lo que es delito y lo que no en este país y que vuelve a ser otra estocada más a todos los supuestos 'defensores' de la cultura. Y si es uno más ¿por qué resulta especialemente significativo como para darle mención? Pues porque el tribunal aprovecha para advertir que aunque este ha sido el resultado de la sentencia (y que además todavía puede recurrirse en los próximos 10 días) este podría haber sido muy diferente si la Ley Sinde hubiese estado en vigor. Para mí es una muestra prácticamente perfecta de hasta que punto la Ley Sinde no es sólo una violación directa de la libertad de expresión, sino que encima es una ley que para colmo y para empezar es por así decirlo ilegal.
Como la ley no les cuadra a esta panda de indeseables entonces lo que han hecho es modificarla en base a sus intereses personales y encima crear una comisión que se va a encargar a partir de ahora de decidir según sus criterios lo que es legal, lo que no, lo que puede estar y lo que no en cualquier página de internet, de pena. Este país, amigos míos, cada vez se parece más a ese páis de charanga y pandereta que decía Machado.