Parece que vamos acercándonos poco a poco a cerrar el círculo alrededor del iPad de segunda generación. Se ha hablado de resoluciones imposibles más allá del Full HD, también de la inclusión de puertos USB y SD, sobre los procesadores normal y gráfico. Según nos acaba de contar nuestro compañero Dani, parece que ya tenemos una configuración (con pruebas basadas en las SDK publicadas por Apple para desarrolladores) de lo que podría ser el nuevo iPad 2. ARM Cortex A9 de doble núcleo a 1,2Ghz, procesador gráfico SGX543 (también de doble núcleo), diseño mucho más fino y ligero... Sin duda pinta bien y está dentro de los parámetros del resto de tablets que la competencia presentará, alguno de los cuales pudisteis ver el otro día.

Pero con lo que queremos quedarnos aquí, es con la parte que me ha parecido mucho más interesante de todo lo que se ha visto. Algo que ya se echó de menos en cierto modo con el primer iPad (aunque entiendo que puede que un tema de costes e innovación tecnológica lo impidieran) pero que sería la auténtica revolución del nuevo dispositivo de Apple: la pantalla antireflectiva. ¿Pero qué es eso? ¿De qué estamos hablando? Una pantalla LCD antireflectiva, provoca en pantallas LCD el mismo efecto que las pantallas de los lectores de tinta electrónica, como el Kindle. Una pantalla que no provoca reflejos y que se ve perfecta a la luz del sol (como una hoja de papel), sin perder su capacidad de refresco y posibilidades de visión de vídeo y todo tipo de material.

Esto se debe a que la pantalla no retroilumina para poder leerse, por lo que no enfrentamos dos fuentes de luz, y por lo tanto tenemos una lectura limpia. Pero, ¿realmente van a poner una pantalla como la del Kindle, que no permite animación fluida, en el iPad 2? No. Si las teorías son ciertas, estaría encaminada a disponer de una pantalla con una tecnología similar a las 3Qi, pantallas adaptativas de QI Pixel. Una pantalla antireflectiva que lleva uno de los competidores del iPad del que más tiempo se lleva hablando: el Notion Ink de Adam, que curiosamente hoy mismo nos cuentan desde Gizmología, que no está resultando a la altura de las expectativas generadas a su alrededor.

Entrando en materia y su funcionamiento, las pantallas LCD antireflectivas, como las Pixel QI, son capaces de actuar en dos modos de funcionamiento: en modo transflectivo y en modo antireflectivo.

Modo transflectivo y modo antireflectivo

El primero de ellos, el transflectivo (del inglés transflective) es un modo de pantalla que transmite y refleja (de ahí el nombre) la luz. Esta pantalla, en función de la iluminación exterior, es capaz de mantener de manera constante parámetros de la imagen (como el contraste) a través de la luz que refleja del exterior, reduciendo con esto la necesidad de retroiluminación de la propia pantalla. Cuando la luz exterior disminuye, aumenta la retroiluminación de la propia pantalla, para así dar un equilibrio de calidad visual a la misma. Si aumenta la luz exterior, reduce la retroiluminación. De este modo, consigue mezclar la retroiluminación procedente del propio panel, con la luz que él misma refleja de la luz exterior del ambiente. Este modo permite un considerable ahorro de energía y se usa mucho en pantallas LCD destinadas a automoción. Es el modo estándar en que las pantallas tipo 3Qi funcionan.

El segundo, y el más importante, es el modo antireflectivo. Este modo lo que hace es eliminar completamente la retroiluminación de la pantalla. La pantalla refleja la luz directa sobre una serie de pequeños espejos polarizados, situados donde debería estar la retroiluminación. Esta luz reflejada, sale de nuevo a través del LCD creando una pantalla legible en luz solar o en ambientes de mucha iluminación. Este modo es completamente inoperativo cuando no existe la suficiente luz ambiente para la pantalla, por lo que se combina con el anterior (el transflectivo) para dotar a la pantalla de las capacidades que le permitan ser legibles y tener el máximo de calidad en cualquier entorno.

En ambos casos, la pantalla (el elemento que más batería consume en cualquier dispositivo móvil) ve reducido su consumo hasta en 5 veces, y en el caso del modo antireflectivo activado, todavía más. El único problema, es que ambos modos no son automáticos y necesita que seamos nosotros quienes seleccionamos si queremos uno u otro modo de visualización: el transflectivo con retroiluminación adaptada a la luz ambiente o el antireflectivo que elimina la retroiluminación completamente para entorno en exteriores.

Es importante tener en cuenta algunos factores: la capa multitáctil sigue siendo plenamente compatible con esta tecnología, por lo que no se vería mermada; y por último, uno de los problemas que sí tiene es la pérdida de ángulos de visión, aunque algunos técnicos dicen que podría ser factible conseguir la unión con un panel de tecnología IPS como el actual del iPad. Si partimos de la base que, según los rumores, el nuevo iPad sería entre un 30-35% más fino con una pantalla ultrafina, se escapa a mi entendimiento tecnológico cómo conseguirlo. Por fortuna, es tarea de Apple el lograrlo y no mía.

Pantalla antireflectiva en el iPad 2

En caso de ser cierto este rumor, Apple estaría dando un paso de gigante en su lucha contra su mayor rival: Amazon y su lector Kindle. El principal problema que los más puristas han puesto siempre al iPad, ha sido su retroiluminación a la hora de leer. De hecho, la importante diferencia de precio entre los modelos normales de iPad y el Kindle más vendido (el de 6") plantea a muchos (como nosotros) que el Kindle es más un complemento que un competidor para el iPad, aunque de confirmarse este tipo de pantallas, ya no sería lo mismo.

La idea que Apple trataría de meter en el mercado sería el de por qué comprar un dispositivo que sólo permite leer, si puedes comprarlo para que haga mucho más (gastando más dinero, obvio) y con las mismas condiciones visuales en uno u otro.

Queda todo pues, a la espera de las confirmaciones oficiales de una de las esperas más eternas que estamos sufriendo los amantes del mundo de la manzana mordida. Teniendo en cuenta que la resolución del iPad parece que no va a cambiar con respecto al modelo anterior, esta característica sería una funcionalidad que SÍ justificaría el cambio por encima de mayores potencias y más memorias, que al fin al cabo, son características mucho menos vendibles y no tan productivas en primera instancia, teniendo en cuenta que la actual potencia del iPad es más que suficiente y lo seguirá siendo para mucha gente.

Y para terminar, la prueba del delito. Una pantalla con tecnología antireflectiva contra el actual iPad. La diferencia es más que evidente y pone de manifiesto el gran potencial que obtendría iPad con una pantalla así. No por nada, en la página oficial de Pixel Qi ponen como ejemplo cuán magnífico sería el iPad con una pantalla como la suya. Tal vez Apple oyó la llamada.