En el año de la consolidación de las tabletas entre los consumidores, vamos a echar la vista un poco atrás para analizar el que es, a día de hoy, el rival más destacado del iPad a nivel de ventas: Samsung Galaxy Tab. La tableta de Samsung llegó al mercado en medio de un gran revuelo por una destacada campaña de márketing, y con la intención de repetir el éxito arrollador que el Galaxy S está teniendo dentro del sector de los smartphones.

Se la ha acusado de un precio excesivo (yo mismo lo hice en varias ocasiones), de no ser todo lo que prometía, de no dar la talla en cuestión de experiencia de usuario... El tremendo éxito que está teniendo en ventas ha ido apagando poco a poco dichas críticas, pero no ha despejado todas esas dudas.

En esta entrada no esperéis comparaciones con el iPad. Únicamente voy a tratar de describir mi experiencia personal tras haber estado utilizando el Galaxy Tab durante los últimos días. Lo que sí os puedo decir es que mis sensaciones con la tableta de Samsung son una mezcla de entusiasmo y decepción. Pero antes de que os lancéis a mi cuello, seguid leyendo las próximas líneas y trataré de explicar a qué me refiero por "decepción".

Características

Una de las principales bazas del Samsung Galaxy Tab es, sin duda, su excelente lista de características técnicas: un potente procesador, mucha memoria RAM, conexión USB, conectividad wi-fi y 3G, cámara trasera y delantera... Seguramente más de uno caerá rendido ante tales especificaciones que, aún después de varios meses tras su lanzamiento, continúan siendo mejores que las de muchas de las tabletas que han salido después. Sin embargo, no sé por qué no logro quitarme de encima este regusto a Galaxy S.

  • Procesador: Hummingbird (ARM Cortex-A8) 1 GHz
  • Memoria RAM: 512 Mb
  • Memoria interna: 16 GB / 32 GB
  • Pantalla: TFT 7 pulgadas (1024x600)
  • Cámara (trasera): 3 megapíxels (con flash LED)
  • Cámara (frontal): 1,3 megapíxels
  • Conectividad: HSUPA, HSDPA, wi-fi (a/b/g/n), Bluetooh 3.0
  • Batería: 4000 mAh
  • Otros: lector de tarjetas microSD, A-GPS, sensor giroscópico
  • Sistema operativo: Android 2.2 (Froyo)

Diseño / Pantalla

Samsung ha conseguido con Galaxy Tab reunir simplicidad y elegancia, sin renunciar a un potente interior hardware, como ya hemos visto. "Simplicidad" porque no tiene ningún tipo de floritura que llame la atención. Ese estilo minimalista lleva a que tengamos únicamente 4 botones táctiles en la parte inferior de la pantalla, mientras que las conexiones están convenientemente tapadas de forma que su integración con el resto de la tableta es casi perfecta.

"Elegancia" porque las esquinas redondeadas de la pantalla y la carcasa trasera de color blanco combinan como un guante con el color negro predominante de la parte frontal. La pantalla es demasiado pequeña para mi gusto, soy de los que prefieren pantallas en torno a las 10 pulgadas para este tipo de dispositivos. Pero Samsung ha tenido el suficiente cuidado para no darle un marco excesivamente grande, lo que habría echado por tierra las ventajas de una pantalla pequeña.

La gran pega de la pantalla es la excesiva facilidad que tiene de quedarse manchada con la marca de los dedos (sí, aunque los tengas completamente limpios), lo cual obliga a ir acompañado siempre de un pequeño trapo. Se podría decir lo mismo de la parte trasera, pero eso ya es más achacable al color elegido. En este aspecto prefiero la elegancia del color blanco a otro que no resalte tanto la suciedad pues vamos a estar mirando siempre la pantalla por delante, no por detrás.

Pesa un poco más de lo que me gustaría (380 gramos, según las especificaciones), pero la verdad es que es justo lo que debería pesar. Teniendo un tamaño equivalente a 3 smartphones, lo lógico es que pese aproximadamente lo mismo que dicha cantidad de teléfonos, y así sucede.

Cámaras

La cámara trasera es, a decir verdad, bastante pobre. Es capaz de tomar imágenes de hasta 3 megapíxeles, y se agradece mucho que tenga flash LED, sobretodo en fotografías con poca iluminación. Pero la calidad de las fotos es similar a la de un smartphone de gama media. La foto que tenéis bajo estas líneas es buena muestra de ello.

Siendo Samsung uno de los fabricantes destacados de cámaras compactas digitales, me esperaba algo más de cuidado con este elemento. De la cámara delantera, sin embargo, no me esperaba gran cosa. Su principal finalidad es la realizar videollamadas y servir de webcam, función que cumple a la perfección. 1,3 megapíxels son más que suficientes para esta tarea.

Lo complicado en este caso es encontrar a alguien que quiera realizar contigo una videollamada, ya sea porque su teléfono no está preparado, porque la cobertura 3G sea demasiado mala, o por el consumo del tráfico de datos. Hasta que no se popularice este tipo de llamada (y ya llevan su tiempo intentándolo), dudo que la cámara frontal vaya a tener mucha utilidad.

Conectividad

Los tipos de conectividad soportados son los habituales en los smartphones y tabletas de hoy en día: conexión con los tipos de wi-fi más rápidos, conexión con redes 3G, bluetooth 3.0... Respecto a la wi-fi, se ha añadido soporte a todos los tipos de redes LAN inalámbricas existentes (a/b/g/n), por lo que no debería haber ningún problema para conectarse a cualquier red wi-fi. Además, Galaxy Tab cuenta con la simplicidad de configuración de Android, conectar y listo.

Por otro lado, Galaxy Tab puede funcionar en modo hotspot, permitiendo compartir la red 3G de la tableta con hasta 5 dispositivos. El funcionamiento es bien sencillo, activas el modo hotspot y, automáticamente, la tableta crea una red wi-fi abierta a la que se podrán conectar los dispositivos sin tener que introducir contraseña alguna. Y este es precisamente el problema que le veo, ya que no hay opción de configurar ningún tipo de protección a la red inalámbrica creada.

Por lo demás, el bluetooth cumple con su función. El hecho de ser la versión 3.0 le otorga la posibilidad de conseguir mayor velocidad de transferencia, pero no abundan los dispositivos que soporten esta especificación, por lo que en la mayoría de las veces funcionará al modo tradicional, el 2.0, que es la versión más extendida.

Android / Aplicaciones

Y llegamos al momento clave, al que es el mayor punto oscuro de la tableta de Samsung. Muchas veces se ha dicho que Android no estaba preparado para este tipo de dispositivos. A los primeros compradores no acababa de convencerles, e incluso Google reconoció que su sistema operativo no estaba preparado para los desafíos que las tabletas presentan en el campo de las interfaces de usuario. Tras todo este tiempo utilizando el Galaxy Tab, he de dar la razón a toda esta gente, y trataré de explicarme lo mejor posible.

Por si sólo, Android no es el problema, puede funcionar perfectamente en una tableta y no notaríamos la diferencia a haberlo hecho en un smartphone. Aún así, no se aprovecha la mayor resolución de la pantalla, únicamente se hace el reescalado de la interfaz, por lo que todo es igual que en un smartphone con este sistema operativo, pero más grande.

¿Todo? Efectivamente, todo, incluídas las aplicaciones. Hay muy pocas aplicaciones preparadas para resoluciones como la del Galaxy Tab (1024x600), generalmente se limitan al reescalado de los elementos de la interfaz. No es que esto sea un problema que impida funcionar correctamente a la tableta, pero no aprovecha todo el potencial del que es capaz.

Es como si tuviéramos un motor Ferrari dentro de la carrocería de un BMW: bueno por dentro, bonito por fuera, pero todos sabemos que lo que mejor le iría es que la carrocería también fuese Ferrari. Al Galaxy Tab, lo que mejor le iría es un verdadero sistema operativo preparado para tabletas, no un sistema parcheado. Hasta que Honeycomb no llegue a la tableta de Samsung, me quedaré con la sensación de haber estado utilizando un Samsung Galaxy S gigante (¡hasta se pueden hacer llamadas como si de un smartphone se tratase!).

Mención aparte merece Samsung Apps, la tienda de aplicaciones de Samsung. No creo que sea bueno para la fragmentación de Android una tienda de aplicaciones sólo para dispositivos de la marca, pero ahí está. Afortunadamente hay cosas bastante interesantes, como Samsung Movies, para alquilar películas (aunque tiene un catálogo bastante pobre), o el Need For Speed Shift, cuyos gráficos bien podrían ser los de un juego de PSP.

Pero no todo es malo. Como he dicho, el problema, más que de malas aplicaciones, es de mal aprovechamiento de las capacidades de la tableta. Aún así, hay aplicaciones que con el reescalado de interfaz funcionan estupendamente bien como Kindle, Evernote o NewsRob, y eso sin olvidarnos del estupendo Angry Birds. Es una auténtica gozada jugar a este adictivo juego en pantalla grande.

Conclusiones

7/10

Samsung Galaxy Tab es una tableta destinada a conseguir grandes metas. Posee un hardware que sigue siendo puntero, no le falta casi nada (quizás una cámara de mejor calidad), y tiene un diseño que ya lo quisieran muchas de las tabletas casi clónicas que están saliendo al mercado. Pero le falla algo primordial: el software. Android 2.2 es un excelente sistema operativo para smartphones, pero no da la talla en una tableta.

Mientras la versión 3.0 no llegue a la tableta de Samsung, dará la impresión de que los coreanos, por querer llegar rápido al mercado, han sacado un producto incompleto. Por mi experiencia, sé que Galaxy Tab es capaz de mucho más de lo que me ha demostrado.

Por supuesto, estas son sólo mis impresiones sobre la experiencia que he tenido con el Galaxy Tab. Lo mejor es que probéis la tableta vosotros mismos y opinéis sobre ella. Si queréis adquirirla en España, deberíais poder comprarla libre en cualquier gran superfície. También podéis adquirirla, previo contrato de permanencia, a través de cualquiera de las grandes operadoras de telefonía móvil (Movistar, Vodafone, Orange, Yoigo).

21 respuestas a “Gizmología Labs: Samsung Galaxy Tab”