Desde que Steve Jobs salió a criticar la plataforma móvil de Google hace unos días, debemos haber publicado en la blogósfera no sé cuántos cientos o miles de artículos sobre cuán abierto o cerrado es Android y al hacerlo entramos en un terreno complicado, ya que la misma definición de abierto es algo más bien elusivo. ¿Por qué? Porque hay demasiadas definiciones probables. Ya sé, yo mismo acabo de decirlo, se viene escribiendo demasiado sobre este asunto, pero ya que ayer fue el día de Apple, ¿por qué no volver a hablar un poco de Android?
Si nos vamos al extremo y hablamos de abierto (digamos "verdadera, profunda y completamente abierto") en el sentido GPLniano (!) de la palabra, no lo es. El desarrollo de Android se lleva a cabo a puertas cerradas dentro de Google y no es igual de abierto que el propio Chrome OS. Diariamente, todos podemos acceder a los nuevos desarrollos de Google y probar el sistema operativo para tablets y netbooks; lo mismo sucede con el navegador web Chrome, pero no con Android.
Además, según muchos (y es un punto muy válido) la licencia Apache, con la cual está licenciado (valga la redundancia) gran parte del código de Android, es más libre todavía pues no tiene restricciones: puedes hacer con el código lo que quieras, cámbiale el nombre y el logo y tienes tu propio sistema móvil privativo (hay limitaciones, obvio, pero es básicamente así).
Los carriers, ya lo sabemos, son quienes realizan modificaciones privativas y aquí viene otro problema: lo que la gente usa son estas modificaciones privativas, ¿entonces están utilizando verdaderamente un sistema libre? Son muchos quienes dicen, en este sentido, que una distro de Linux no es verdaderamente libre pues aunque sea da la posibilidad, facilita, la instalación de un driver privativo. Dejemos estos puntos de vista en el apartado "verdadera, profunda y completa libertad" y quedémonos con la mejor libertad posible.
El desarrollador y referente de la comunidad libre Joe Hewitt realizó unos comentarios vía Twitter que ponían en duda la "apertura" de Android, pero escribió el día de ayer una entrada en su blog personal que es bastante interesante. Allí, si bien reitera sus planteos (similares a los que escribí más arriba), dice algo muy simple pero que termina siendo demasiado importante:
No hay duda de que Android es el sistema operativo móvil más abierto y (Google) debe ser ampliamente elogiado por ello.
Es decir, vivimos en el planeta Tierra, año 2010, sabemos que no hay blancos ni negros, la situación es sobre cuál es el "menor de los males", qué puede ser mejor, no qué es perfecto. En este sentido, el mismo argumento de Steve Jobs le termina jugando en contra. Si lo abierto no siempre gana, elijamos aunque sea algo que es un poco abierto, ¿por qué tenemos que elegir algo tan cerrado? ¿Por qué esa manía de realizar oposiciones?
Es que dejando de lado el idealismo tecnológico y científico de lado, es importantísimo apreciar la apertura de Android en contraposición a lo excesivamente cerrado que es iOS. Y si no es "del todo abierto" es una cuestión que creo que a estas alturas debemos dejar al margen (por ahora).
EL propio Hewitt, quien termina el post diciendo "*me mata oir tan gastado el término "abierto". Me molesta que el primer acercamiento de mucha gente al open source sea a la idea de una ocasional vista al código fuerte, en lugar de a una comunidad vibrante de colaboradores" reconoce que Android no tendría el éxito que tiene de haberse mantenido en una postura más extrema. Es más, llega a decir que de haber tenido las presiones de mercado que tiene Google, probablemente Mozilla hubiera cambiado. Entonces, ¿qué es preferible? ¿Un sistema completamente cerrado fácilmente accesible y uno completamente abierto que es prácticamente imposible de conseguir, sin soporte ni aplicaciones? O una alternativa intermedia, no del todo abierta quizás pero sí mucho más que la competencia.
Lo menos cerrado, algo con intenciones de apertura, por más juegos que medien entre la compañía, la comunidad y los usuarios. Y los desarrolladores parecen apostar por Android, a pesar de la mentada fragmentación que según Jobs hace imposible escribir una aplicación. Y teniendo en cuenta que MeeGo está condenado por los errores de Nokia aún antes de salir al mercado, lo menos cerrado es sin lugar a duras Android. Lo importante es que sea lo mejor para el usuario y el desarrollador: y un sistema un poco más abierto puede llegar a hacer la diferencia, claro que sí.