El día llegó. Julian Assange había programado el 18 de octubre como la fecha de liberación de los 400 mil documentos relacionados con la ocupación en Irak. Sin embargo, es posible que tengamos que esperar un poco más para la filtración de información más grande de la Historia. Recordemos que la premura de Assange por sacar estos documentos lo antes posible causó una ruptura al interior de WikiLeaks, por lo que es comprensible que exista algún retraso. Aún así, es cuestión de días (o de horas) para que los archivos vean la luz. La pregunta es: ¿qué encontraremos ahí? Aquí algunas pistas sobre qué buscar, de acuerdo con los analistas de Danger Room:

Bombas improvisadas

Los artefactos explosivos improvisados estuvieron muy en boga durante la guerra en Irak. También conocidos como bombas camineras, son empleados comunmente por fuerzas tipo comando, guerrillas o terroristas. Es una de las armas predilectas de la resistencia iraquí, y constituyó uno de los principales dolores de cabeza del ejército norteamericano. Normalmente son accionadas a través de un teléfono móvil, y provocan estragos porque arrojan metralla capaz de perforar un vehículo blindado. ¿Lo peor? Los militares encontraron que los jammers -- dispositivos que bloquean las señales que activan la bomba -- no sólo no funcionaron, sino que detonaban los explosivos sin querer.

Cárceles perdidas

Los documentos de WikiLeaks también podrían arrojar luz sobre los centro de detención y tortura en Irak. El más conocido es la prisión de Abu Ghraib (conocida también como Campo Redención), originalmente concebida para presos políticos durante el régimen de Saddam Hussein. Otra de las cárceles bajo la mira es el Campo Nama, también asociado con repetidas violaciones a los derechos humanos. La nueva información podría revelar más sobre el trato que recibieron los insurgentes capturados durante la ocupación.

Armas perdidas

En 2007, el gobierno de Estados Unidos reportó que los militares habían perdido cerca de 200 mil AK-47s. ¡Kabum! Así, de la nada, desaparecieron. La sospecha es que muchas de estas armas terminaron en manos de los propios insurgentes o en el mercado negro. La versión sugiere que las ametralladoras cayeron de la parte trasera de una camioneta (?). Hasta ahora, ha sido imposible rastrear el trasfondo de este error, ya que la documentación entre 2004 y 2005 al respecto es un caos burocrático.

Limpieza étnica en Bagdag

Hasta ahora, se ignora cuál fue el papel del ejército de Estados Unidos durante la confrontación étnica entre suníes y chíitas. Una de las hipótesis es que los militares aprovecharon la división religiosa para hacerse de aliados locales. Al ser cuestionado al respecto, el general George Casey, el máximo dirigente de la campaña en Irak, se ha negado a hablar por completo. Es un hecho que las tropas estuvieron presentes durante el conflicto, pero ¿qué tan activo fue su papel?

Vehículos no tripulados

Por último, se encuentra el papel de los drones (vehículos no tripulados) en la guerra. Normalmente utilizados para misiones de vigilancia, espionaje e infiltración, no está claro de qué forma fueron empleados durante la intervención y en qué número. Más allá de las labores de inteligencia, queda el rumor de que las tropas emplearon estas aeronaves para disparar misiles contra bombarderos insurgentes. Otro de los aspectos es el daño colateral provocado por estos ataques aéreos, en los que se contabilizan víctimas cíviles y reporteros de diarios internacionales.

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