Aunque LimeWire no sea una de las redes más conocidas en nuestro país, sí goza de cierta reputación en otros sobre todo entre los amantes de la música por ser principalmente éste contenido el que se distribuye. Basada en la red Gnutella, LimeWire es (o era) una red P2P en la que se podían encontrar gran cantidad de archivos musicales y de vídeo, entre ellos, algunos protegidos con derechos de autor.

La batalla a favor de estos derechos y las denuncias que venían recibiendo de discográficas, autores y usuarios han terminado con una sentencia de un juez dando la razón a la RIAA (Recording Industry Association of America, algo así como la SGAE americana) y en contra de la red. Como consecuencia LimeWire cesará su actividad.

Aunque éste tipo de batallas legales son muy habituales, tanto en nuestras fronteras como en otros países, ésta sentencia contradictoria a una red P2P puede sentar precedente y terminar por ser motivo de nuevas denuncias.

Como siempre, el argumento sobre el que se basa toda la acusación es que la red LimeWire ha causado pérdidas millonarias debido a las descargas ilegales. Lo que ellos no saben (o no cuentan) es que esas descargas no son ventas puesto que la mayoría de usuarios no comprarían el disco original de lo que se están descargando pero, también en su inmensa mayoría, sí son una labor de promoción muy buena.

Me gustaría saber cuánto se gastan en publicidad y demás merchandising las compañías y que luego queda almacenado en un cuarto oscuro sin que se venda, sólo para poner un ejemplo sencillo de pérdidas millonarias. Si no saben adaptarse a las nuevas tecnologías, es un error que ellos mismos tienen que solucionar, no el consumidor.

Además, en el ejemplo español, si yo pago un canon digital por tener mi móvil (por ejemplo), y pago el disco original o descargo mi canción de iTunes... ¿no estaría pagando dos veces por el mismo producto? ¿O estaría pagando simplemente un extra porque mi teléfono tenga capacidades multimedia? O, en este caso, también utilizarían la desgastada excusa de "pagan justos por pecadores, y no existe una forma mejor de hacerlo", en fin...

La eterna paradoja, y mientras tanto, seguimos sin saber muy bien nuestros propios derechos.