No se preocupen, Prince no tiene razón. Se trata simplemente de un cambio en la manera de navegar internet, un cambio en nuestros modos de vida. Un pequeño cambio de paradigma, si queremos ponernos épicos. Después de todo, la web tiene unos 20 años de edad y está en edad de profundos cambios, como todo adolescente. Muchos nos pasamos el día en internet, literalmente. ¿Pero cómo lo hacemos? En mi caso en particular, en la mañana reviso el correo en mi iPod Touch y luego, ya en mi laptop, reviso los feeds de RSS con aKgregator, chequeo el correo con KMail y uso Twitter vía Turpial (las tres, aplicaciones nativas de KDE). Además, me comunico mediante Jabber, con Kopete y descubro nuevos artistas en Jamendo con el Amarok. La rutina de cada uno de ustedes será distinta, muy distina en muchos sentidos, pero seguramente haya similitudes. Pueden utilizar servicios como Spotify o Xbox Live y claro que probablemente no usen ninguna de las aplicaciones que listé, pero sí algunas alternativas, sean para Mac o para Windows. ¿Qué quiere decir esto? Que estamos todo el día conectados a internet, pero es cada vez menor el tiempo que estamos en la web.

Cada vez más nos conectamos mediante aplicaciones, es más, mediante aplicaciones de terceros. Obviamente los sitios web siendo gigantes, partes centrales de nuestra vida en línea y siguen creciendo, pero silenciosamente, sin darnos cuenta, algo está cambiando. Y no quiere decir necesariamente que estemos utilizando mucho menos los navegadores web. Es algo distinto, Google no está muerto. Seguiremos entrando a Google, pero Google estará cada vez más integrado en cientas de aplicaciones. Y si queremos escuchar música o conocer algo de algún artista determinado, utilizamos una aplicación como Spotify en lugar de uno de los portales musicales de antaño. Quizás, pero el cambio es más profundo aún. En la gráfica del estudio podemos ver la muerte de servicios como Telnet y los grupos de noticias y es visible la delgada línea celeste -a punto de desaparecer, correspondiente al correo electrónico.

El único problema de este cambio, a corto plazo, es que la web está construida sobre estándares abiertos en los que nuestros derechos están más o menos a salvo, pero de este modo nos estamos moviendo a un modelo más afín a la plataforma iPhone, basado en aplicaciones que no tienen por qué ser abiertas ni respetar ningún estándar pero, y por eso tal vez atraigan mucho más al usuario final, son más personalizadas y encajan mejor en la visión que tiene el usuario actual de lo que quiere de Internet. Curioso. Y podrán no estar de acuerdo, pero recuerden que cada vez más veces accedemos a sitios web desde otras aplicaciones móviles. Como remarcan en el artículo que desencadenó todo el debate, publicado en LA revista (Wired):

> Claro, siempre tendremos sitios web. Hoy en día, todavía tenemos postales y telegramas, ¿no? Pero el centro se está moviendo a un ambiente post-HTML.

De acuerdo a Chris Anderson (autor de la nota), este cambio es inevitable y es una directa consecuencia del capitalismo. ¿Por qué? En varias ocasiones les hemos contado ya que de acuerdo a varios análisis, en unos años habrá más usuarios accediendo a Internet desde dispositivos móviles que desde ordenadores de escritorio y laptops y no hace falta haber leído las siete leyes secretas para convertirse en millonario de la noche a la mañana para darse cuenta que el dinero está en la internet móvil. De acuerdo a los autores:

> De hecho, prácticamente nunca se generó una fortuna sin un monopolio de por medio -aunque sea un oligopolio. Es el camino natural de la industrialización: invención, propagación, adopción, control. Ahora, le toca a la Web soportar la presión por la generación de ganancias y los jardines amurallados que esta implica.

El artículo de Wired está recibiendo enormes críticas, sobre todo por plantear la muerte de la Web, pero para mí plantea algunos puntos más que válidos. Primero, de acuedo a la gráfica, no se quiere decir que la Web no siga creciendo, sino que lo sigue haciendo pero no tan rápido como el total de las conexiones y por lo tanto su porcentaje disminuye. Pero por otro lado, es igual de cierto que con las conexiones móviles nos acercamos más a las aplicaciones ubicuas, en que se podría decir que las conexiones están directamente embebidas en nuestra vida y en la que los ordenadores no son percibidos "como objetos diferenciados". Podrá haber estado disminuyendo en estos años el uso de la web, como dicen en Wired, pero eso no atestigua más que una transformación.

No olvidemos que internet no es algo estático, no hay que relacionar a la web simplemente con un navegador o una determinada aplicación. Internet, la web, están las dos en plena evolución, están emergiendo a nuestras vidas cotidianas (como dice William Gibson en su novela Spook Country). Este cambio seguramente sea impulsado (¿patrocinado?) en parte por las grandes empresas tecnológicas hacia donde mejor les convenga, ¿cómo podría ser de otro modo? Pero estamos hablando del futuro de internet cuando no estamos más que en su adolescencia, se transformará, cambiará, resistirá muchos golpes, se transformará, evolucionará, no morirá (nunca).

En ALT1040: ¿La Web ha muerto? Me parece a mí que no

Recibe cada mañana nuestra newsletter. Una guía para entender lo que importa en relación con la tecnología, la ciencia y la cultura digital.

Procesando...
¡Listo! Ya estás suscrito

También en Hipertextual: