Toma título sensacionalista, ¿no? Pues resulta que no. Es la puritita verdad. Según hemos podido saber, Philip Shoemaker, el máximo responsable de una de las unidades de negocio más polémicas de Apple tiene una empresa, Graynoodle LLC, que se dedica a vender apps de pedos. Tal cual. Un oso panda tirándose pedos. Un tipo gordo tirándose pedos. Y todo puede ser tuyo por la módica cantidad de entre uno y dos dólares estadounidenses.
La cosa no pasaría de la anécdota si no fuera precisamente porque una de las principales críticas que recibe la App Store es la falta de transparencia en las aprobaciones, y otra el excesivo número de aplicaciones banales e inútiles que inundan la tienda virtual. Yo, que nunca he ocultado mi condición de fanboy cupertinero de la peor especie, siempre he achacado la primera a que, desgraciadamente, la aprobación o no de una app siempre va a tener un componente subjetivo, y que prefiero una App Store censurada —entre muchas comillas— a un Android Market lleno de apps de dudosa legalidad—¿o creen ustedes que Disney ha licenciado todos esos wallpapers de Disney Princesses que inundan el Market?
Sin embargo esto me hace plantearme ciertas cosas. No voy a decir que lo cambie todo, sería una falacia. Pero una de las bases del fanboyismo de Apple es que elegimos confiar en Apple, porque Apple nos da razones para confiar en ella. Si descubrimos que el máximo responsable de una de las áreas más grises —por no decir negras— de la compañía tiene como mínimo un conflicto de intereses bastante curioso, me empiezo a preguntar si esa confianza está bien depositada.
En realidad, la cuestión de si son apps de pedos o pequeñas joyas digitales sin las que no podríamos vivir es casi irrelevante. Lo importante es que obtiene pingües beneficios de ellas, y es discutible que sea completamente honrado el hecho de que lo haga. No quiero decir con ello que sea un delito —dudo que lo sea— ni tan siquiera moralmente censurable a priori. Lo que quiero decir es que es moralmente dudoso, y que cabría la posibilidad de que Shoemaker estuviera utilizando su posición de forma poco limpia.
Noticias como ésta no hacen más que dañar la ya de por si dañada reputación del programa de revisiones de la tienda de aplicaciones de Apple, y restarle una credibilidad que no le sobra. Y es que si yo, un fanboy declarado, me estoy planteando cosas, ¿qué no harán los que no estén tan enamorados de la manzanita?