Una de las mayores obsesiones de un escritor es la fobia al papel en blanco. La falta de ideas, el bloqueo en un punto de una historia o novela y la desconcentración son factores que pueden alterar la calidad de un texto. Particularmente, desde que escribo he seguido una trayectoria muy marcada a la hora de seleccionar el software a emplear para este tipo de tareas y he llegado a la conclusión que cuanto más simple sea un editor de texto más posibilidades tenemos de llevar a buen puerto nuestro proyecto. El tema del diseño, la corrección ortográfica, la elección de las fuentes o el tamaño de la sangría o el interlineado son elementos que no intervienen directamente en la labor creativa del escritor y por tanto son prescindibles. Hoy os traigo cinco de los editores que vengo usando desde hace mucho tiempo y que me han acompañado a lo largo de multitud de líneas que han salido con menos esfuerzo gracias a ellos.
Como lo definen desde su página web: "es un software orientado a la escritura no lineal que facilita la creación de novelas, trabajos de investigación, relatos cortos, guiones, etc.". Por tanto, es la alternativa con más funcionalidades de todos los editores de esta entrada. Tiene funciones avanzadas para organizar ideas, con una interfaz que simula un corcho repleto de notas. En estas notas, el escritor apunta ideas o conceptos y el programa permite estructurarlas jerárquicamente para facilitar su entendimiento. También permite incluir etiquetas para organizar estos metadatos, así como visor de documentos y archivos integrados (para que no tengas que depender de aplicaciones externas) y un gestor de subversiones (instantánea) con el que se nos permitirá volver a versiones anteriores del proyecto si nos equivocamos o no nos gusta el resultado final. Cuando llega el momento de comenzar a redactar, dispone de un modo pantalla completa muy minimalista. Siempre utilizo Scrivener para esquematizar lo que quiero escribir cuando se trata de algo con una extensión considerable.
El análisis de aplicaciones como WriteRoom no es algo trivial. No se puede comparar con procesadores de texto potentes porque no poseen funcionalidades para dar formato ni insertar tablas. WriteRoom te propone una serie de esquemas de dos colores (texto y fondo) y te invita a escribir. Simple y llanamente. Ahí es donde radica su éxito, en su capacidad para ayudar a que fluyan las palabras eliminando las distracciones. Aunque también ayuda su sincronización con la app del iPhone del mismo nombre.
Como si nos pusiésemos en la piel de James Joyce, con Ulysses podrás dar forma a las historias que fluyen por tu cabeza combinando funciones básicas de procesadores de textos como OpenOffice o Pages con la simplicidad del software del tipo WriteRoom. Es una opción mucho más equilibrada que las anteriores, aunque creo que la interfaz es algo menos vistosa que Scrivener. Puedes trabajar con formatos RTF, HTML y LaTeX, por lo que es perfectamente compatible también con la creación de documentos científicos. Una particularidad de Ulysses, es que imita el modo de introducir líneas en una máquina de escribir antigua, en el que el indicador de escritura de texto se posiciona siempre en el centro del documento. También posee herramientas para gestionar proyectos, notas, recortes, visor de documentos, etc. Por su forma de trabajar (a excepción de Writeroom y JDarkRoom), es el espécimen más retro de esta lista.
Selección de esquemas de color, márgenes ajustables, buscador de palabras, apertura de documento reciente, contador de caracteres y palabras, modo autoguardado, etc. Estas son algunas de las características de JDarkRoom, un editor de texto que es primo hermano de WriteRoom aunque es algo más humilde que éste. Debido a que es muy liviano y se descarga rápidamente, es mejor que lo probéis para ver si os convence en vez de que enumere sus funciones (incluidas en prácticamente todos los demás).
Y por fin, la joya de la corona. Si quieres encontrar la inspiración y que las musas vuelvan a ti, éste es tu programa. Para mí, es una de las aplicaciones más preciosistas que he encontrado en Mac OS X. Me gusta la simplicidad y la elegancia (como ya habrán podido apreciar los lectores) y Ommwriter es su máximo exponente. Es increíble que esté aún en versión Beta 2 funcionando tan bien. Basado en la estética oriental, Ommwriter nos muestra una página sobre un fondo natural y nos permite seleccionar el sonido que emitimos al teclear (o desactivarlo) entre varias posibilidades: sonidos huecos, débiles o fuertes. Además, también nos permite habilitar sonidos propios de la naturaleza en los que intervienen los pájaros o la lluvia o canciones instrumentales que evocan sentimientos de diversa índole. Si os consideráis escritores o simplemente queréis verter los sentimientos generados por las visicitudes del día a día, colocaos unos auriculares, apagad las luces y sacad provecho al teclado retroiluminado en mitad de la noche. Momentos agradables e íntimos asegurados.
Todos son gratuitos a excepción de Ulysses (44.99 €) y Scrivener (39.95$). ¿Alguna opción más que creáis que deba incluir?