La proliferación de los llamados mercados de aplicaciones para móviles y dispositivos portátiles, han creado una bolsa alternativa de desarrolladores que se mantiene al margen de los grandes estudios y que gracias al trabajo bien hecho permite a muchos de estos desarrolladores obtener el impulso necesario para crear sus propias empresas u obtener el renombre suficiente y ser contratados para liderar proyectos de envergadura.

Sin embargo, ésta es una corriente muy reciente que se ha alimentado al amparo de empresas como Apple y Google, que le dan un valor añadido a sus sistemas operativos para móviles y cuyos beneficios y posición privilegiada dan la razón a esta estrategia: una plataforma de desarrollo con muchísimas posibilidades y un coste de desarrollo relativamente bajo.

Por dar algunos datos, el número de aplicaciones actualmente en la App Store que funcionan sobre el iPhone superó en Mayo la increíble cifra de 200.000 programas. Con respecto a consolas portátiles como la PSP o la Nintendo DS, el número de aplicaciones disponibles para iPhone y iPod es más de cinco veces mayor al número de videojuegos desarrollados para ambas consolas en común. Quizá esta comparación es algo injusta ya que muchas de las aplicaciones de la App Store no tienen una utilidad real y apenas sirven más que para echar unas risas, pero también es cierto que otras tantas mejoran en calidad y funcionalidad a los desarrollos para las consolas de Nintendo y Sony. Esto se debe, en parte, a que los dispositivos son mucho más versátiles y disponen de muchas características que en común y utilizadas con inteligencia, pueden dar mucho de sí.

La App Store además representa la vanguardia de la tecnología, los avances llegan muy rápido a este tipo de dispositivos y ya hay muchísimos programas que buscan ocupar posiciones poco exploradas y con un largo recorrido por delante, como puede ser la realidad aumentada. Incluso se han visto experimentos para realizar proyecciones holográficas utilizando tan sólo una pirámide de cristal.

De hecho, hoy mismo LG ha lanzado una tienda de aplicaciones exclusiva para sus móviles. Siguiendo la senda que ya han marcado previamente otras compañías como Apple, Google, Microsoft y Blackberry (con su App World), LG también quiere subirse al carro de este tipo de iniciativas.

Por muchos motivos, las tiendas de aplicaciones conjugadas con teléfonos móviles de calidad, tablets y reproductores son una garantía de éxito si se hace bien. Hay que dar facilidades a los desarrolladores para disfrutar de su talento, integrar la tienda correctamente en el dispositivo, establecer precios ajustados y facilitar los mecanismos de instalación de dichos programas o estandarizarlos. Por tanto, creo que hay muchos motivos por los que una licencia de desarrollador de Apple puede resultar a la larga muy rentable.