Si nos ponemos a estudiar la historia de la ciencia rápidamente veremos que las serendipias están muy presentes. Muchos grandes descubrimientos de todos a los que hemos asistido a lo largo de la historia se han producido en parte fruto de la casualidad, y especialmente presentes están estas en determinadas ramas de la ciencia como puede ser la observación astronómica. El último caso más sonado de “descubrimiento casual” fruto de la observación astronómica tuvo lugar por el mes de julio del año pasado cuando el astrónomo aficionado Anthony Wesley detectó un impacto masivo en la superficie de Júpiter, sobre el cual ahora un grupo de científicos, con el Hubble como aliado, han echado luz.
El impacto que recibió Júpiter en el mes de julio no fue ninguna tontería, lo que más o menos ya se sabía pero ahora ha confirmado este grupo de investigadores de la NASA. Según comenta la propia agencia espacial estadounidense en un comunicado oficial el golpe que sufrió el planeta fue equivalente a la explosión de varios miles de bombas atómicas, lo que dejó como resultado una enorme “cicatriz” que tiene aproximadamente el tamaño del Océano Pacífico. ¿Y qué fue exactamente lo que le atizó al mayor planeta de nuestro sistema solar y de dónde vino?
Pues a esas dos preguntas también ha dado respuesta las nuevas investigaciones. Gracias a las imágenes tomadas por el Hubble con una de las nuevas cámaras que le instalaron recientemente y a otras imágenes tomadas en 1994 -de esto hablaré luego- se ha llegado a la conclusión de que lo que impactó contra Júpiter fue un asteroide de aproximadamente 500 metros de diámetro, el cual probablemente vino (y esto lo han descubierto científicos españoles de la Universidad del País Vasco) del cinturón de asteroides Hilda, el cual está formado por uno 1.100 cuerpos estelares de este tipo.
El dato curioso del caso que nos ocupa, a pesar de que se sabe que este tipo de fenómeno es bastante habitual (hablando en términos de astronomía), es que otro mes de julio, pero de 1994, en la misma semana que se ha producido este impacto, Júpiter sufrió otro de características similares que también fue visto, que no descubierto, por Anthony Wesley y otros aficionados y profesionales de la astronomía (la diferencia fundamental de este último suceso respecto al más reciente es que en el primero lo que colisionó contra Júpiter fue un cometa y no un asteroide).
Y poco más puede añadir servidor ante tanta investigación y datos interesantes, que me llevan a plantearme la pregunta que siempre ronda por mi cabeza tras escribir de estas cosas: ¿Cómo puede ser que los grandes medios no le den más cobertura a la ciencia en general y a la astronomía en particular? Hay muchas posibles respuestas a esa pregunta, que cada uno le de vueltas y se quede con la que más le guste.