Faltan 10 días para que la magia de Lost llegue a su final. El 23 de mayo del año 2010 se marcará el fin de una de las mejores series de televisión de toda la historia. Será un capitulo especial de dos horas, lleno de sorpresas, lagrimas, respuestas y emociones.

Estos días he pensado mucho en el tema de las despedidas, cuando tienes que decirle adiós a alguien o a algo, que aprecias con todo tu corazón. Hace unos años me mude de casa y dejé atrás parte de mi, en 4 paredes que me vieron crecer. Cuando ocurren estas cosas algo dentro de ti se rompe, se llena de llanto, pero la lógica y las esperanzas por el futuro, te hacen dislumbrar que todo será mejor, y conviertes la nostalgia en algo positivo. En una especie de luz que te mantiene vivo porque recuerdas lo mejor de todas las cosas que te tocaron o que tu tocaste. Entonces esos sentimientos de tristeza se transforman en algo diferente, y das gracias por haber estado allí y por haber disfrutado de esos momentos.

Claro, una cosa es la casa donde viviste parte de tu vida y otra muy diferente una serie de televisión filmada en Hawái. El punto de comparación es sutil, tiene que ver con el concepto de partida, de final, de no retorno, y la forma como los seres humanos terminamos ponderando la cotidianidad, a las experiencias. Si lo que viviste en esa casa fue bueno y alegre, la vas a extrañar mucho, te pondrás triste de no poder desayunar nunca más allí, o ver el jardín, pero de inmediato recordaras a tu madre recortando un periódico, preparando un café, charlando sobre un mundo mejor o un país lejano, no tan lejano. Se te olvidará toda tristeza, la cotidianidad de tu antiguo hogar desaparecerá de tus recuerdos y sonreirás recordando las experiencias alucinantes que allí viviste. Sobre todo si te fuiste en paz de tu antigua casa.

Algo parecido ocurre con Lost, llevamos 6 años viviendo allí, tratando de adivinar que ocurre en esa extraña isla. Nos hemos levantado a desayunar con la Iniciativa Dharma, descubrimos que el amor no cumple los dictados físicos del tiempo, sonreímos con la “mala suerte” del personaje que todos queremos, nos emborrachamos con el doctor, dejamos de ser inválidos con el creyente, nos reímos con el tierno sobrenombre de "Pecas", lloramos con la muerte de un rockero adicto a la heroína que era un buen padre sustituto, hablamos coreano, sufrimos la tortura que siente un torturador, disfrutamos de ser científicos hippies construyendo una sociedad utópica, perseguimos osos polares, manejamos camionetas azules de los 50s, explotamos bombas, odiamos con profundidad al inteligente asesino jefe de Los Otros, fuimos Los Otros, y al final de cuentas, cada día al ir al trabajo, sin que nadie lo supiera, llevábamos toda nuestra vida en la Isla, en nuestro corazón y en nuestras experiencias. Eramos un habitante más viviendo en nuestro (mundo real) universo paralelo.

El 23 de mayo de 2010 nos toca decirle adiós a la Isla, despedirnos de mil charlas que hemos tenido con amigos y extraños durante 6 años de nuestras vidas, buscando explicaciones y respuestas, creando teorías, disfrutando de la televisión más allá de la televisión. Vamos a sepultar esos años del comienzo del milenio, con la nostalgia implícita de toda despedida. Pero lo bueno es que vamos a hacerlo en grande, con entusiasmo, pegados a cada puntito que se enciende en la pantalla del TV o de la computadora.

Estamos viviendo algo bastante particular y único. Una gran serie de televisión, con mucho éxito, ha decidido no alargarse hasta que sus 4 paredes se conviertan en paja y se desplomen por el soplido de un lobo. Eso le ocurrió a los X-Files. Y aunque, hoy en día, recordamos con emoción a Mulder y Scully, nunca nos despedimos de ellos, la televisión se encargo de enterrarlos 3 años antes del final. Hay que apreciar hasta el extremo, el momento tan único e irrepetible que vamos a vivir. Pocas veces los guionistas tienen el poder y lo usan para entregarnos un gran final. Eso viviremos el próximo 23 de mayo, un final acorde a la historia. Una despedida que convierta a las 6 temporadas de Lost en una gran casa, que gracias a la magia del DVD, del Blu-Ray, del .avi, podamos revisitar cuando la nostalgia se dispare. Podremos volver a vivir en la Isla siempre que queramos, sabiendo que todo llego a su final cuando tenía que llegar.

Lost no se muere en 10 días, se convierte en inmortal.