Hace unos meses les comenté que Evri había adquirido Radar Networks, la compañía detrás de Twine.com, en lo que se trató de una de las adquisiciones más importantes en lo que a web semántica se trata. Al momento de la adquisición, Twine estaba trabajando en una segunda versión de su sitio web que traería muchas nuevas funcionalidades al servicio, pero esta semana Evri, prácticamente sin previo aviso, canceló el producto.
Evri es un buscador semántico de entidades nombradas que trabaja en tiempo real, en tanto Twine era una red social que auto-organizaba por medio de etiquetas la información y contenido de un determinado usuario, enriqueciendo el contenido final y las amistades generadas. Al cancelar Twine, Evri pasará a incorporar a sus servicios los algoritmos de búsqueda y gestión que habían sido desarrollados por Radar Networks.
La mayor competencia de Twine iba a ser Imindi, proyecto finalista de TechCrunch50, que prometía enriquecer una simple búsqueda en Google con información relacionada y referencias a personas que pudiesen expandir la información y que se focalizaba en la creación de mapas conceptuales globales que facilitarían el pensamiento colectivo mediante el análisos del flujo de contenido. Pero de casualidad me enteré que el sitio cerró completamente y sin la más mínima repercusión, a pesar de las expectativas iniciales y de haber sido noticia en medios de amplia distribución. De inmediato consulté a uno de los creadores de Imindi, Adam Lindemann, quien me confirmó que por el futuro cercano Imindi ha dejado de existir y, en cuanto a los motivos, simplemente dijo:
Se trata de un mercado muy complicado y eventualmente decidí que había mejores usos para mi tiempo, dinero y pasión.
Tanto Twine como Imindi (sobre todo Imindi) no sólo eran proyectos interesantísimos sino que de los más innovadores en ver la luz en la web en los últimos años. El cierre de ambos, prácticamente al mismo tiempo, me hace dudar sobre la rentabilidad de los aspectos más experimentales de la web 3.0 en tiempos en que se busca constamente un nuevo Twitter, un nuevo Tumblr, un nuevo Foursquare y que sean rentables YA, por favor. Puede que se trate de todos modos que proyectos encabezados por científicos (el Presidente de Imindi era un neurobiólogo) no sepan capitalizar sus desarrollos, pero a fin de cuentas creo que no tendrían por qué saberlo y que los proyectos más innovadores no tienen por qué estar relegados a las universidades.