Parece argumento de película (¡hey, momento!, pero el Pentágono ha revelado que realizó diversos experimentos sobre control mental con drogas durante la Guerra Fría. Ha salido a la luz el reporte "Programas de experimentación conducidos por el Departamento de Defensa con patrocinio o participación de la CIA que involucraron a la administración de drogas a seres humanos con la intención de control mental o propósitos de modificación del comportamiento" (lindo nombre), escrito hace más de 30 años por el Consejo General del Departamento de Defensa.

Han salido otros detalles sobre la famosa operación MK-ULTRA, revelada al público en 1975. Entre los descubrimientos se encuentran experimentos para desarrollar una técnica basada en drogas para "inducir una contusión cerebral sin traumas físicos". Ese programa fue trasladado a la CIA debido a que involucraba "experimentos humanos que no eran fácilmente justificable en los terrenos médico-terapéuticos."

Aparecen la operación MK-OFTEN, una operación que inició como un estudio sobre la dopamina, pero que pronto se extendió a la ibogaína, un hipnótico, afrodisiaco y alucinógeno que estimula el sistema nervioso central dando un efecto parecido al de las anfetaminas. El objetivo de estos experimentos era crear "drogas farmacológicamente activas que afectaran el sistema nervioso central para modificar el comportamiento humano". También ha salido a la luz que la Marina empleó heroína y mariguana para hacer que los prisioneros de guerra soltaran la lengua.

Aunque se han revelado algunos detalles, muchas cosas quedan aún en la oscuridad. Hace un año, varios veteranos del MK-ULTRA han demandado a la agencia por el uso de técnicas sumamente cuestionables, como psicoquímicos, gas nervioso, o implantes de cerebro. Vale la pena darle un vistazo al reporte, de uno de los episodios más oscuros de la investigación "científica" (si es que aplica el calificativo) en torno al control mental y la manipulación cerebral. Para erizar la piel.