Como seguramente la mayoría sabrá, y os contamos por aquí el otro día, buena parte del cielo europeo lleva ya cuatro días sumido bajo un manto de ceniza volcánica generada por el volcán Eyjafjallajökull, lo que se ha traducido en un auténtico caos para el tráfico aéreo ya que los aviones no pueden volar en estas circunstancias.
Bien, y a parte de esos problemas para el tráfico aéreo, ¿qué pasa con el medio ambiente? se estarán preguntando muchos. Pues aunque en un primer momento podríamos pensar que las cantidades de CO2 producidas por una erupción de esta magnitud son muy elevadas, realmente no lo son tanto, sobre todo si comparamos los datos con los generados por la industria de la aviación europea.
Según el Instituto Vulcanológico Nórdico de la Universidad de Islandia el volcán Eyjafjallajökull está expulsado unas 15.000 toneladas de CO2 por día, lo que no es mucho en comparación con las 344.109 toneladas de CO2 generadas al día por la industria aérea europea en condiciones normales (datos estimados y conseguido por David McCandless y Ben Bartels para confeccionar la infografía que acompaña a este post. Picar sobre la miniatura para verla a mayor tamaño).
¿Podemos decir entonces que el parón forzoso de miles de vuelos en Europa si que está siendo beneficioso para alguien (y con alguien me refiero a la Tierra)? Pues no lo tengo claro ya que habría que saber cuanto ha aumentado el CO2 generado por autobuses y coches en el continente, la alternativa para viajar por la que algunos están optando al no poder hacerlo en un avión. Yo me aventuraría a decir que sí ya que por un lado en mucho tendría que haber aumentado el tráfico de automóviles en Europa para generar las toneladas de CO2 que han dejado de emitir los aviones desde hace cuatro días, y por el otro y como extensión de lo anterior, muchos simplemente están optando por no viajar.