Por desgracia la diabetes es una enfermedad bastante extendida, complicada, peligrosa y que a día de hoy no tiene cura. De forma muy simple un diabético es aquel que o bien produce poca o nada insulina, o bien sus células no responden a la misma, siendo el resultado en cualquiera de los casos altas concentraciones de glucosa en sangre lo que puede causar problemas verdaderamente serios (colapsar los vasos sanguíneos, riñones, nervios etc).
Debido a esto los enfermos de diabetes tienen que medir constantemente sus niveles de azúcar en sangre (en algunos casos hasta 7 u 8 mediciones diarias) para no sobrepasar concentraciones peligrosas, existiendo en la actualidad diversos aparatos con los que realizar dichas mediciones y todos con un problema: requieren de una muestra de sangre que se obtiene tras pequeño pinchazo. Eso es un engorro, por decirlo de forma muy fina. A nadie le gusta estar pinchándose todo el santo día (y si encima el enfermo tiene que inyectarse también insulina imaginaros el calvario).
Pues bien, ahora gracias a un ingeniero en bioquímica de la Universidad de Western Ontario, Jin Zhang, puede que pronto mejore en bastante la calidad de vida de los enfermos de diabetes al eliminar los pinchazos de sus vidas.
¿Cómo? Gracias a una nueva tecnología desarrollada por Zhang que permite vigilar los niveles de glucosa de cualquier persona mediante el uso de unas lentes de contacto. Dichas lentes cuentan con unas nanopartículas que reaccionan al contacto con las moléculas de glucosa presentes en las lágrimas cambiando de color. Se produce pues una alerta visual que avisa sobre la caída o subida en los niveles de azúcar.
El avance me parece simplemente genial y además la cosa no queda aquí. Esta tecnología, con investigación y variaciones, se podría aplicar a muchos otros campos y no solamente a dispositivos biomédicos. De momento ya le han dado a Jin Zhagn financiación para seguir trabajando en sus investigaciones, lo que es otra estupenda noticia ya que seguro pronto veremos más resultados igual de interesantes que estas lentes que cambian de color al entrar en contacto con moléculas de azúcar.