Es difícil de explicar lo que puede significar para la TV algo como The Prisoner (2009), una miniserie para la televisión basada en una serie inglesa de los años 60. Desde la calidad de producción hasta los actores involucrados en el proyecto, incluyendo la forma en que se ha colocado al aire sus episodios, todo eleva el concepto de entretenimiento, de cine y de televisión a un nivel que sentimos que ya no es televisión la experiencia, ni cine. Es una suma que tiene como resultado algo completamente nuevo. Aunque no es la primera serie en hacer cosas de mucha calidad, para mi, que recién veo el episodio 01, veo que se está dibujando una nueva forma de entretener. Está naciendo el cine largo. Los amargados de siempre podrán decir que miniseries de pocos capítulos, siempre han existido, y buscaran crucificar mis palabras con el argumento de aquel que no se sorprende por nada.

Y eso es lo que nos espera al ver está serie, una sorpresa constante. Desde la actuación de Ian McKellen (uno de los mejores actores de cine en la actualidad) hasta los sentimientos de angustia y opresión de James Caviezel (otro alucinante actor de cine prestado al nacimiento del cine largo televisado). Una estructura fija de 6 episodios que comenzaron el domingo 15 de noviembre y que finalizaron ayer martes 17. Dos episodios diarios durante tres días, con una producción mejor que miles de películas Made in Hollywood y con actores de renombre mundial, con un guión de una calidad abrumadora.

Yo si fuera tu dejaba de leer esto y me dirigía de inmediato a los canales "actuales" de distribución para disfrutar de parte de la historia de la televisión.

La serie original The Prisoner (1967) es uno de los grandes clásicos de la televisión inglesa y su influencia e importancia toca muchos aspectos de la cultura popular. Aunque la serie se puede colocar fácilmente en la categoría de ciencia ficción, hay mucho más. The Prisoner es una critica a nuestra sociedad y muchos de sus aspectos más alienantes. Mucho control y mucha confusión.

Los invito a encender sus torrents y a buscar y ver, lo que hoy en día se puede ver, gracias a Internet. Y no se porque, pero creo que cada día que pase, este cine largo, donde nos hacemos amigos de los personajes, va a seguir llegando y creciendo, gracias a esta red rebelde. Lo que no quiere decir que no ganen dinero los productores o creadores, que si lo hacen bien ganaran más dinero y tendremos mejores productos. Lo que hoy ocurre tiene una magnitud tan grande, en la televisión, en las redes sociales, en nuestra forma de comunicarnos y enamorarnos, que al final todos somos simples "Numeros seis" (sin saberlo) encerrados en nuestros propios paradigmas, sin poder ver más allá de la villa en la cual vivimos y nos despertamos.

I am not a number, I am a free man