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Trágica noche la de ayer para mi iPhone. Lo cierto es que, por mi forma de ser, no suelo ser muy protector con mis cosas. Siempre soy de los que he pensado que los objetos son para usarlos nada más, y que tarde o temprano, independientemente del cuidado que les hayas brindado, acabarán rompiéndose, perdiéndose o siendo reemplazados por otros más nuevos.

El caso es que ayer estuve de barbacoa en una casita con piscina de un amigo y no se nos ocurrió otra cosa que enzarzarnos en una guerra de globos de agua y de botellas llenas de agua congelada (sí, lo sé, a mi edad...). En una de estas, un amigo me echó un cubo de agua encima, justo en el preciso momento en que me acordé que llevaba mi iPhone en el bolsillo posterior del bañador. Lo había estado usando para hacer algunas fotos, pero luego lo olvidé totalmente.

Cuando lo saqué del bolsillo estaba mostrando un mensaje popup de advertencia. Con los nervios y las prisas no lo leí del todo, pero decía algo así como que el sistema estaba fallando. Os cuento todo esto por si la información que expongo a partir de ahora puede ser útil y al mismo tiempo, para escuchar vuestras opiniones al respecto.

Acción inmediata

Lo primero que hice nada más ocurrir y ver el mensaje de advertencia fue APAGAR el iPhone. Este es el primer paso para cualquier aparato mojado, pues dejar el gadget encendido puede provocar fácilmente un cortocircuito generado por cualquier gota alojada sobre los pins de un circuito integrado o en la fuente de alimentación.

Mientras intentaba apagarlo, el iPhone comenzó a parpadear, la pantalla se iluminaba y se apagaba de forma aleatoria pero conseguí finalmente apagarlo. Seguí mirando y apareció la manzana del inicio, como si intentara reiniciarse, no sé exactamente por qué.

Lo siguiente fue secarlo bien externamente con una camiseta y zarandearlo con fuerza para que saliese la mayor parte del agua interior. Salió bastante líquido, sobre todo del conector de auriculares. Tras esto lo dejé en el coche y esperé a volver a casa.

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Una vez aquí extraje la SIM con ayuda de la horquilla que viene en la caja del iPhone y le di al móvil una sesión de secado con un secador de pelo, alternando entre aire frío y caliente. Hice esto por unos diez minutos, centrándome en la ranura de conexión del dock y los pequeños altavoces y en la ranura de la SIM en la parte superior que acababa de dejar al aire libre.

Tras esto, lo siguiente bajo mi punto de vista es NO ENCENDERLO AÚN, pues no sabemos hasta qué punto se ha secado todo el interior. Un encendido con prisa por nuestra impaciencia podría ser letal para el móvil, de modo que lo dejé en vertical sobre un soporte hasta la mañana.

El día después

PICT0348 Esta mañana, mientras pensaba en el asunto, he recordado el poder retenedor de humedad que tienen los granos arroz. Es por eso que se suele utilizar este grano dentro de los saleros, evitando que la sal se humedezca.

He escuchado que algunas personas hacen esto también con los relojes mojados, de modo que no ando muy desencaminado si pienso que enterrar mi iPhone en arroz le puede venir bien, pues no pienso encenderlo todavía.

Un análisis en la web me ha mostrado que no soy el único en pensar así, pues hay numerosas páginas donde recomiendan esto mismo: crear una tumba de arroz para nuestro móvil mojado. En la imagen podéis ver el resultado.

Conclusiones finales

Y en esta situación me encuentro ahora mismo, con mi móvil enterrado a la espera de una pronta recuperación. Solo el tiempo me dirá si estos pasos son los más recomendables o si debería haber hecho algo más. No sé si alguno de nuestros lectores se ha encontrado en alguna ocasión con el mismo problema que yo, lo qué sí os comento es que estoy abierto a cualquier sugerencia.

He pensado en esperar quizás un día más, por lo que desviaré mis llamadas al otro teléfono (mi horrenda BlackBerry Curve). Si tras este tiempo, al encender el iPhone, este me diese algún problema pienso llevarlo a algún Servicio Técnico de Apple en Sevilla. No creo que con la garantía pueda hacerme con un teléfono nuevo, porque los de Apple se cubren las espaldas en estos casos.

Para aquel que lo desconozca el interior del conector de auriculares del smartphone aloja un pequeño disco indicador de humedad que se torna rojizo con ella. De esa forma, los técnicos de la garantía pueden comprobar si el móvil ha estado en contacto con el agua o no. El mío tiene el indicador en rojo, por lo que la garantía se invalida en estos casos.

Os mantendré informados con los resultados del proceso en la operación: ¡Salvemos mi iPhone!

Imagen: Mwolk