Muchachos, al menos no somos los únicos pecadores. ¿De qué estoy hablando? Un estudio de la empresa Bloomberg reveló que en Japón y Corea del Sur el porno hará colapsar las redes 3G ya que las velocidades de transferencia que existen en Asia son las mejores del mundo y los nipones se están aprovechando de esto.

El punto de mayor transferencia es a la medianoche y, según aproximaciones, el cliente medio sería una persona de 32 años que utiliza la conexión móvil para conectarse a la red.

El problema es que en Japón hay 90 millones de usuarios que utilizan conexiones 3G (lo que triplica a otros países) y la velocidad en la que aumentan la suscripción a sitios con material XXX es muy grande (mil nuevos por día).

¿Solución? La idea de los proveedores es restringir el límite y poner una cantidad máxima de MBs que se puedan descargar para poder garantizar un buen funcionamiento (algunos como DoCoMo o KDDI ya empezaron a hacerlo).

Y así es como el porno terminó con todo...