Aunque el proceso de instalar y desinstalar aplicaciones en Mac es bastante limpio y directo, eso no quiere decir que al momento de despedirnos de algún programa no puedan quedar archivos (como por ejemplo, juegos guardados) que sin que nos demos cuenta se vayan comiendo el espacio de nuestro rígido.
Para realmente desinstalar una aplicación, nada mejor que la ayuda de un buen desinstalador. Y como en la variedad está el gusto, les dejo tres (¡y gratuitos!) para que elijan el que mejor se adapte a sus necesidades:
AppCleaner. Es un desinstalador que remueve y limpia a fondo las aplicaciones que ya no queremos. Para utilizarlo, solo hay que arrastrar la aplicación en cuestión a la ventana de AppCleaner. Encontrará archivos relacionados para ponerlos en una lista desde la cual podrán borrarlos. Además, tiene un sistema de seguridad que impide que se borren aplicaciones importantes accidentalmente en el proceso.
AppTrap. Esta aplicación se queda esperando a que el usuario borre una aplicación, y entonces despliega un cartel preguntando si todos los archivos asociados deberían eliminarse también, permitiendo una limpieza más completa en el mismo proceso que usamos siempre. Eso sí, después de la instalación permanece inactivo, así que hay que ir a activarlo desde las preferencias del sistema. La aplicación ya no se desarrolla activamente, pero funciona bien en Leopard.
DesInstaller. Es una herramienta bien simple que lee los archivos que se generan al instalar un paquete .pkg con el instalador de Apple, y a la hora de desinstalarlo, te da la opción de desinstalar cada uno de ellos aunque hayan sido modificado o archivado.
Como siempre, no importa que tan confiable sea una aplicación, chequeen bien los archivos antes de borrarlos. Mejor prevenir que lamentar.
Vía: Make Use Of