Durante estos últimos dos días hemos estado escribiendo bastante sobre lo que sucede en Guatemala con relación al caso Rosenberg y de Jean Anleu. Hemos mencionado bastante cosas como "efecto Streissand", "protestas online", "disponibilidad absoluta de información" y otros conceptos más tradicionales como "libertad de expresión".
Que El Periódico y otros medios hayan colgado el video póstumo de Rosenberg y que este haya circulado como pólvora entre medios tradicionales, electrónicos, entre blogs y redes sociales demuestra que Internet es probablemente una de las herramientas más importantes o más preocupantes para un gobierno. Hay buenos ejemplos (mencionados una y otra vez) como el de Barack Obama y el uso que le da su equipo para comunicarse mejor y con mayor transparencia; pero así mismo, cuando hay mentiras, decepción y muerte, Internet puede ser un verdadero enemigo para mandatarios corruptos.
Lo que le está sucediendo al gobierno de Guatemala es bastante interesante (y probablemente sean bastante novatos en el tema): mientras mantienen cierto nivel de moderación sobre la información que algunos medios tradicionales locales, se han encontrado con que en Internet no logran tener control alguno, aunque quisieran. La captura de Jean Anleu es una confirmación de ello: una técnica barata, cruel y cobarde de sembrar miedo entre los usuarios de Internet usando a un conejillo de indias, metiéndolo a la cárcel. Con el miedo llega la paranoia, algunos dicen que no se debería mencionar nada del tema por temor a ser capturado; otros dicen que la policía militar está "cazando" twitteros.
También se intenta sembrar incertidumbre, por medio de entrevistas a un superintendente que "anuncia" de forma muy ambigua que tiene identificadas más personas, sin dar detalle alguno, dejando a todos con dudas. No mencionar a Twitter en ningún momento solo suena a que no quieren atraer más atención a la herramienta.
Que el gobierno de Guatemala haya ido directamente en contra de una persona en Twitter me hace suponer que ya sienten que esta herramienta les está poniendo en aprietos. Un medio donde todo es en tiempo real, muy inmediato, con una capacidad viral absoluta, que le está comunicando al mundo, en cuestión de minutos lo que está pasando dentro el país. A medida que la atención de los twitteros aumenta a nivel mundial, también llega la atención de los medios (que están fascinados con Twitter, por cierto), de blogs grandes, no solo en español, causando una presión internacional bastante cada vez más fuerte sobre el gobierno de Alvaro Colom.
Habría que reiterar lo dicho ayer: las personas jamás deben tener miedo de su gobierno, en tal caso debe ser al revés. Callar o censurar a uno implica activar la voz de miles; es imposible meter a la cárcel a todos aquellos que retwittean el mensaje de @jeanfer o que se manifiestan en contra de las acciones de Colom. Ahora más que nunca, es momento de hacer escuchar su voz: ya tienen la herramienta (Twitter) y el medio (Internet) ¿qué esperan?