Durante Wall•E, la última película de Disney/Pixar, el robotito comete tres delitos de acuerdo a la nueva, ridícula y sumamente restrictiva ley DMCA (Digital Millenium Copyright Act) de Canada, según explica Jesse Willis en SFFaudio:
Wall•E graba audio de su película favorita, poniéndola en su propia grabaadora digital (pasandose cualquier DRM que tenga la fuente original). Un delito bajo la ley C-61 de Copyright de Canada.
Wall•E guarda el archivo, y lo escucha de forma repetida. También un delito bajo la ley C-61 de Copyright de Canada.
Wall•E comparte su música con otro robot, que también es un delito bajo la ley C-61 de Copyright de Canada.
Vía: Boing Boing