Hay parámetros de salud muy sencillos de medir en humanos, pero que en animales de compañía, como los gatos, pueden ser toda una odisea. Generalmente la temperatura se les toma por vía rectal y esto es algo que les resulta muy incómodo, por lo que muestran estrés, ansiedad y, en algunos casos, incluso se vuelven agresivos. Como consecuencia, hay ocasiones en la que el veterinario decide no hacer la medición si no lo considera estrictamente necesario. Pero, aunque no lo sea, sí que es un valor que puede dar mucha información sobre el estado de salud del animal, de ahí que los chips con sensor de temperatura se hayan convertido en una opción muy atractiva.

Estos son como los chips que se utilizan normalmente para identificar perros y gatos. Se insertan bajo la piel con los datos del animal, de modo que, en caso de que se pierdan, se les pueda ubicar fácilmente con un lector. Paralelamente, para medir la temperatura, se utiliza el mismo lector, aunque debe ser uno especial, no el que se usa normalmente.

Así, se puede mirar si hay fiebre de una forma mucho menos invasiva y más tranquila para el gato. Pero no solo es molesto para el animal. También pueden darse confusiones en su diagnóstico. Esto se debe, por un lado, a que el puro nerviosismo del gato puede elevar su temperatura hasta 2ºC. Y, por otro, porque a veces el estrés es tan alto que no queda más remedio que sedarlo para hacer la medición; algo contraproducente, pues los fármacos que se emplean pueden alterar la temperatura. Además, a la sedación se debe recurrir solo si no queda más remedio. 

Las ventajas del chip para medir la temperatura de los gatos

Cada vez son más las nuevas tecnologías que mejoran la experiencia y el cuidado de nuestras mascotas. Por ejemplo, en los últimos años se han hecho muy populares los localizadores con GPS para perros. Estos no solo permiten hacer un seguimiento de su actividad física, como con los relojes inteligentes y pulseras de actividad para humanos. También nos ayudan a saber dónde están en cada momento. Es algo muy útil para los perros, pero no tanto para los gatos; ya que, si todo se hace bien, estos no deberían salir de casa.

En cambio, de los chips para medir la temperatura se benefician sobre todo los gatos. También pueden insertarse a perros, conejos y hurones. Sin embargo, los gatos sufren especialmente con la toma de temperatura rectal, por lo que estos chips son muy útiles para evitarles estrés.

En conversación con Hipertextual, la veterinaria Fátima Blanco explica que estos chips se colocan exactamente igual que los identificadores habituales. Por lo tanto, no suponen una intervención peligrosa para el animal, ni mucho menos.

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Al tomarles la temperatura rectal, los gatos pueden estresarse tanto que se vuelven agresivos. Crédito: Erik Jan Leusink (Unsplash)

Esto los convierte en un gadget muy útil y también fácil de conseguir. Según Blanco, aunque inicialmente no los tengan allí, cualquier clínica veterinaria puede conseguirlos sin problema. Por eso, si tienes gatos y te planteas esta opción para medir su temperatura sin causarles nerviosismo, solo tienes que hablar con tu veterinario.

Tu mascota lo agradecerá y, posiblemente, también lo hagáis tú y el propio veterinario, pues nunca es agradable ver sufrir a un animal por algo que se podría subir sin provocarle tanto malestar.

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