A unos 1.500 años luz de aquí, en la constelación Cygnus, junto a una "pequeña" estrella roja, brilla un planeta. Así es como ve la sonda Kepler desde aquí a KIC 12557548 b. Pero este planeta titila y brilla de una manera extraña. Esto llamó la atención de los astrónomos cierto tiempo atrás. ¿Qué le está pasando? Tras mucho investigar y observar, los científicos se dieron cuenta de lo que ocurre. KIC 12557548b está siendo vaporizado lentamente, destruido, por monstruosas fuerzas y atacado por un auténtico "rayo de la muerte". ¿Y de dónde proviene? De la estrella que orbita, por supuesto.

KIC 12557548b y el rayo de la muerte

KIC 12557548b es un pequeño planeta, del tamaño de nuestro Mercurio. Tiene un periodo orbital minúsculo: apenas dieciséis horas alrededor del sol, lo que lo convierte en uno de los "años" más cortos que conocemos. Esto se debe a que se desplaza muy, muy cerca de la estrella que orbita (parecida a la nuestra, pero más roja). Tras de sí, se observa una enorme "cola" de materiales. Esta es la culpable (o al menos una de ellas) de que la sonda Kepler vea al planeta titilar. Pero, si es un planeta ¿cómo puede tener cola? ¿No será un cometa en vez de un planeta? No. Precisamente, la gigantesca cola de material sublimado, vaporizado, se debe a la acción de la estrella que orbita. Ésta está abrasando al planeta de forma constante, vaporizando su superficie sin cesar. Así, el KIC 12557548 b es cada vez más y más pequeño. Pero la cosa no se queda sólo en eso. Luego tenemos el rayo de la muerte.

rayo de la muerte
Esta es una foto en falso color de una mancha solar | NASA

Pero, ¿a qué nos referimos con rayo de la muerte? Bueno, admitamos que es una licencia literaria para hablar de las monstruosas fuerzas a las que somete la estrella a este pequeño planeta. En la superficie de un "sol" aparece de vez en cuando manchas solares. Estos puntos donde se concentra de forma brutal la fuerza electromagnética y las emisiones de radiación podrían ayudara vaporizar el planeta aún más rápido. Al pasar por delante de las mismas, el planeta ya de por sí calcinado sufriría una taque aún más violento por parte de la radiación, que podría penetrar en su rocosa superficie. O bien, las enormes fuerzas electromagnéticas podrían ayudar a dispersar las partículas vaporizas y cargadas procedentes de la desintegración del planeta. En cualquier caso, el efecto sería devastador.

Así se desintegra un planeta

Según los expertos, probablemente a estas alturas lo que queda del planeta sea sólo su núcleo desnudo de hierro. El resto se ha ido perdiendo en el vacío espacial. Y es que a medida que las fuerzas de la estrella vaporizan y penetran en el planeta, éste va perdiendo cada vez más material sólido. El gas, a su vez, no puede mantenerse atrapado por el planeta ya que éste tiene cada vez menos gravedad y escapa al espacio. Así que tenemos una especie de "cometa" gigante orbitando alrededor de una estrella muy rápidamente. Y esto lleva pasando durante algunos miles de años ya. Por supuesto, aunque a nosotros nos parezca una barbaridad, es un proceso cósmico cuyas magnitudes se escapan de nuestro entendimiento.

KIC 12557548 B
Representación artística de KIC 12557548 B

Según las estimaciones, el planeta llevaría casi 9.000 millones de años "cociéndose" bajo el su sol. Y podría quedarle entre cien y mil millones de años de vida más antes de desaparecer por completo. Como vemos, no es un proceso rápido. Ni siquiera con un rayo de la muerte incluido. Pero, a todo esto ¿a qué viene tanto interés por un planeta que se está desintegrando poco a poco? Bueno, aparte de la curiosidad que suscita, la observación tiene interés científico, por supuesto. Tenemos cientos de miles de años por delante (esperemos) para observar cómo se "pela" la superficie del planeta, poco a poco, atacada por el sol. Esto nos permitirá entender mejor cómo afectan las fuerzas de un sol a algo como un planeta.

KIC 12557548 b
Representación artística de KIC 12557548 b

También queremos saber más sobre lo que le ocurre al material que se vaporiza del planeta. ¿Por qué? Con una medición lo más exacta posible podríamos reconstruir la historia del planeta. ¿Fue un planeta como la Tierra? ¿Un gigante gaseoso? ¿U otra cosa? También podremos estudiar qué queda del mismo y en qué estado se encuentra para saber cómo ha afectado la estrella a su superficie. O qué efectos tiene un "rayo de la muerte" sobre ella. En definitiva, KIC 12557548 b es uno de los objetos más curiosos que hemos observado en la historia de la astronomía. Y como tal, tiene mucho que contarnos.