El último informe del Grupo Interdisciplinario de Expertos Internacionales sobre la investigación del caso Ayotzinapa presentaba una serie de irregularidades sobre la manera en la que la Procuraduría General de la República (PGR) ha conducido la investigación hasta ahora.

El informe contiene evidencia fotográfica de la presencia del director de la Agencia de Investigación Criminal (ACI), Tomás Zerón, el 28 de octubre del 2014 en el basurero de Cocula, lugar donde supuestamente fueron asesinados y cremados los estudiantes de la Escuela Rural Normal Raúl Isidro Burgos. Esta importante visita no fue registrada en la bitácora de investigación de la PGR. Fotografías tomadas por periodistas muestran también la presencia de bolsas de plástico negras similares a las que la PGR dice haber encontrado un día después (el 29 de octubre del 2014) y donde los confesores del delito aseguran haber metido las cenizas de los normalistas.

Ante las acusaciones del GIEI, Tomás Zerón negó en rueda de prensa haber sembrado evidencia en el Río San Juan y señaló que el informe de la GIEI presenta errores con las fechas, los registros y los metadatos. “Mi presencia en esa fecha a la luz del día fue legal”, se defendió.

El director de la ACI detalló la cronología de los hechos del 28 de octubre del 2014:

A las 15:00 horas Zerón aterrizó en Cocula. Zerón estableció comunicación con el área científica forense y se reunió con dos altos comisionados de la ONU. También había periodistas en la zona.

El GIEI reporta que el recorrido de Zerón por el río San Juan ocurrió a las 17:40 horas, sin embargo Zerón sostiene que a esa hora ya había regresado a la Ciudad de México y se remite a la bitácora de vuelo de la Dirección General de Servicios Aereos. Además asegura que el vídeo del GIEI dice que Zerón abandonó el lugar a las 18:14 minutos del 28 de diciembre del 2014, es decir, dos meses después de la fecha real.

En una fotografía de las bolsas que, según la versión de la PGR, integrantes de Guerreros Unidos aventaron al río y después fueron encontradas por elementos militares el 29 de octubre del 2014, pero la cédula dentro de la fotografía tiene por fecha el 28 de octubre. Zerón atribuye este desface a un error humano de la perito en turno y sostuvo que las bolsas fueron encontradas el 29 de octubre, un día después de su visita. Zerón mostró los metadatos y añadió:

Adicionalmente presentaré a ustedes los metadatos de la fotografía en cuestión que registran con claridad que la fotografía se tomó el 29 de octubre, fecha en que la bolsa se encontró y se extrajo del río. Los metadatos son la huella digital de una fotografía y son inalterables.

Los metadatos son alterables

PGR/ El Universal
PGR/ El Universal

Los metadatos son los datos de los datos, es decir las etiquetas de contenido y contexto que contienen todos los datos digitales. Contienen información estructural de los datos y descriptiva del contexto en el que fueron creados. Los metadatos de una fotografía indican el propietario de la foto, la cámara con la que se disparó, la exposición, su copyright, fecha de creación, modificación y geolocalización. Todas las cámaras digitales y smartphones escriben metadatos al tomar una fotografía.

Los metadatos pueden ser editados por el propio fotógrafo o cualquier otro usuario con acceso al archivo desde cualquier dispositivo. Contrario a lo que Tomás Zerón dijo, existen infinidad de programas para alterar los metadatos de una fotografía. Editar un metadato es editar una cadena de caracteres de un archivo. Es trivial para cualquier usuario conocedor de un fichero de imagen. Las cámaras que sacan imágenes .jpeg suelen usar el formato EXIF.

El director de la Agencia de Investigación Criminal cuyo lema es “la ciencia al servicio de la justicia” debería estar al tanto de que los metadatos sí son alterables.

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