¿Qué tienen en común Ashton Kutcher, Scarlett Johansson y Nick Carter? Además de dedicarse al mundo del espectáculo, los tres artistas cuentan con un hermano gemelo. Pero ninguno llegó tan lejos como **Scott Kelly. El astronauta es el protagonista de una de las investigaciones más ambiciosas de la NASA, la misión un año en el espacio.
El 27 de marzo de 2015, Scott partía en una Soyuz con dirección a la Estación Espacial Internacional, junto al cosmonauta ruso Mikhail Korniyenko**. Ambos han batido el récord de permanencia a bordo de la ISS, tras convivir 340 días en órbita. Casi un año en el espacio en el que han tenido que trabajar con sus compañeros de la Estación, además de recolectar su orina, sangre y heces en el caso de Kelly. Todo sea por la ciencia.
340 días en órbita
Y es que justamente hace un año, la NASA decidió arrancar una investigación tan sorprendente como curiosa: el primer estudio con gemelos para explorar los efectos a largo plazo de los vuelos espaciales sobre el organismo. Los astronautas generalmente suelen permanecer entre cuatro y seis meses a bordo, la mitad del tiempo que han residido en órbita Scott Kelly y Mikhail Korniyenko. Pero su estancia no será en vano, ya que entender el impacto de la microgravedad o la radiación sobre el cuerpo nos permitirá mejorar la preparación de los cosmonautas de cara a viajes más largos, como el que supondría llegar al planeta rojo. Según los cálculos actuales, una misión a **Marte** supondría una estancia no inferior a 500 días.Los astronautas han batido el récord de permanencia a bordo de la Estación Espacial Internacional
Contar con dos hermanos gemelos como Scott y Mark Kelly ha permitido a la agencia espacial norteamericana recopilar numerosos datos genéticos, clínicos y bioquímicos acerca de las diferencias entre permanecer en órbita y residir en la Tierra. Y es que los astronautas de la ISS padecen problemas como la distrofia muscular o la pérdida ósea. A pesar de que los cosmonautas realizan casi dos horas de ejercicio diario, los investigadores han calculado que sufren una reducción del 1,5% de su masa ósea. Los fluidos del organismo, tales como la sangre o la orina, también se ven afectados por los viajes al espacio. Pero también sufren el conocido efecto Charlie Brown, por el que su cara se redondea, cambian su capacidad olfativa y ven peor.
Esta serie de problemas podrán ser ahora estudiados gracias a la misión un año en el espacio. Y es que el regreso de Scott Kelly a casa solo supondrá el comienzo de una nueva aventura, que consistirá en analizar los datos y trazar las conclusiones sobre los efectos de los viajes en órbita sobre el organismo. En los últimos doce meses, la **NASA** ya ha dado a conocer algunos resultados, como el impacto de los vuelos sobre el sistema inmunológico.
Estudios que, sin duda, nos permitirán conocer un poco mejor el cuerpo humano, tanto cuando estamos en la Tierra como cuando viajamos fuera de nuestro planeta. Y aunque nos quedemos sin las espectaculares fotografías que Kelly ha compartido con el hashtag #YearInSpace, siempre podremos disfrutar de la "música espacial" que el cosmonauta eligió para vivir en la ISS. ¡Buen regreso a casa!