El dióxido de carbono se emite en la actualidad diez veces más rápido que en los últimos 66 millones de años, según un estudio publicado en la revista Nature Geoscience. Esta tasa "sin precedentes", de acuerdo a las conclusiones del trabajo, es superior a la experimentada durante el período de tiempo entre el Paleoceno y el Eoceno.
La tasa de emisión antropogénica actual de dióxido de carbono es diez veces superior a cualquier otra época en los últimos 66 millones de años
En esta época, ocurrida hace 55,8 millones de años, se produjo el conocido como máximo térmico, un cambio climático muy brusco. Como consecuencia, la temperatura global aumentó en cinco grados centígrados, lo que provocó a su vez importantes consecuencias sobre los mamíferos terrestres y la desaparición de diversas especies. Los cálculos, sin embargo, no eran demasiado exactos para predecir la evolución del clima. La investigación ahora publicada avanza un poco más en ese sentido, al estudiar los sedimentos marinos para determinar las emisiones de dióxido de carbono a lo largo de millones de años de historia.
Según explica Peter Stassen, de la Universidad de Lovaina (Bélgica), si las estimaciones son correctas el **cambio climático entre el Paleoceno y el Eoceno ocurrió más despacio de lo que se pensaba. Esto significaría que las diferentes especies podrían haber tenido más tiempo para adaptarse a temperaturas más altas y, aun así, el impacto sobre la biodiversidad fue significativo. Las emisiones de dióxido de carbono en aquel período de tiempo ancestral también habrían sido menores que en la actualidad.
"Dado que la tasa de liberación de CO2 no cuenta con precedentes en una época de la historia de la Tierra tan extensa, hemos entrado en un estado no análogo a cualquier otro período de tiempo. Esto representa un gran desafío para determinar la evolución del clima, pues no tenemos otras formas de comparar con el pasado", señala Richard Zeebe**, primer autor del estudio. Retos que demuestran de nuevo la necesidad de luchar contra el cambio climático, tal y como quedó patente en la cumbre COP21 de París celebrada el pasado mes de diciembre.