Las noticias del Zika siguen resonando por todo el mundo. A medida que sabemos más sobre él, mayor es el interés de la sociedad y los investigadores por él. Porque todavía no tenemos una cura. Lo único que podemos hacer es tratar los síntomas para mantener al paciente. Sin embargo ¿cómo sabemos que alguien está infectado? La detección del Zika es importantísima, y más si se hace de manera temprana, ya que permite comenzar de inmediato con el tratamiento. Además, permitirá mejorar la investigación en busca de una cura. Gracias a sistemas como el desarrollado por Siemens Healthcare, es posible realizar diagnósticos genéticos inmediatos. Así es como funciona.
La detección del Zika mediante su "huella genética"
Básicamente, el sistema del que hablamos, y que se denomina VERSANT kPCR, es una tecnología basada en un conocido procedimiento genético llamado PCR. La empresa ha adaptado esta técnica y automatizado el proceso para permitir la detección del Zika de forma precoz. En realidad, el procedimiento es bastante sencillo. La PCR, o Reacción en Cadena de la Polimerasa consiste en "copiar" el ADN que nos interesa, multiplicándolo. ¿Por qué? Muy sencillo, imaginemos una muestra de sangre donde encontramos apenas unos cientos de virus. Ahora, imaginemos que tenemos una especie de "sonda", un marcador, una manera de conocer la presencia del virus. Pero si son muy pocos virus, estos apenas se verán.
Con la PCR, el material genético se replica millones de veces y de unos pocos cientos de virus obtenemos millones y millones de copias
Pero, como sabemos que este marcador lo que detecta, en realidad, es el material genético del virus, ¿y si aumentamos la cantidad de dicho material genético? El ADN (o ARN) de cada organismo (vivo o no vivo, como los virus) es único. Por tanto, el marcador que nos indica su presencia, es único para cada uno. Así, la PCR lo que hace es coger una copia de la maquinaria celular que copia ese material genético. Esta maquinaria es artificial y la desarrollamos en el laboratorio. Así la aplicamos sobre todo el material genético que tenemos en la muestra. Esto incluye ADN de la persona y de otras bacterias que podrían haber. Así, el material se copia millones de veces, y de unos pocos cientos de virus, tenemos el material genético de millones y millones de virus creado artificialmente.
Como los marcadores de los que hablábamos son únicos, podemos detectar sin lugar a dudas la presencia del virus. Porque si no hubiese virus, el material no habría podido copiarse y, entonces, no se marcaría (aunque hay raros, y nada comunes, falsos positivos). La PCR es una técnica increíblemente esencial en todos los laboratorios ya que se usa para detectar, caracterizar el ADN, clonar o incluso modificar el material genético. En el caso de la detección del Zika, esta técnica ha sido optimizada para detectar con precisión y de forma automática (y rápida), la presencia del virus mediante su propia huella genética.
A las armas
Hay que admitir que la técnica de Siemens, la VERSANT kPCR, ha sido desarrollada a una velocidad increíble. La detección del Zika no es sencilla, más allá de su diagnóstico por sus síntomas, debido a que todavía nos queda muchísimo por conocer del virus. Sin embargo, en todas las enfermedades (grosso modo), una detección precoz nos permite afrontar mejor el pronóstico, comenzar antes con el tratamiento, o incluso aplicar una cura temprana. Nos da margen para preparar y gestionar todo el proceso vírico. Pero no solo eso. Incluso más importante en este punto es obtener toda pista que nos permita comprender mejor al virus. La etiología, el desarrollo de la enfermedad, no siempre es igual. Poder investigar desde el primer momento qué ocurre dentro de nuestro cuerpo es fundamental.
Solo así podremos detectar los mecanismos de actuación. Por el momento, cada vez estamos más alerta de sus síntomas. Pero estos solo se muestran cuando la infección ya está extendida. ¿Y si existe un mecanismo previo que permita minimizar el riesgo? Esto es especialmente importante para las mujeres embarazadas. Tal y como recordaréis, el Zika se ha relacionado con problemas de microcefalia en bebés. También se ha conectado con problemas serios de tipo neurológico como el síndrome de Guillain-Barré. Por todo ello, cuanto antes se diagnostique el virus, antes se puede comenzar con medidas preventivas. Quién sabe, tal vez esta ventaja en la detección del Zika nos permita combatir en un futuro inmediato con mejores armas de las que disponemos hasta el momento.