La realidad virtual es una de las principales tendencias de esta edición del Mobile World Congress 2016. Las principales empresas del sector ya se han adentrado en este nuevo segmento durante la feria, incluida LG, quien ha tenido su primera incursión en la realidad virtual con las gafas LG 360 VR.

Sobre el papel, la apuesta de LG es realmente sólida: ligeras, plegables, una densidad de píxeles alta (638 ppp), sensores de movimiento e independencia (relativa) de un smartphone. Unos cimientos mejores, incluso, que la solución de Samsung (Samsung Gear VR.

Por desgracia, la ejecución final y la experiencia del producto no resulta tan positiva como sus características técnicas auguraban en un primer momento. Casi todo es mejorable en las LG 360 VR, desde la construcción del producto hasta la implementación de conceptos.

Los detalles y la ejecución del concepto inicial lo arruinan por completo

Para empezar: la construcción del hardware. LG ha decidido utilizar plástico, lo que ha permitido adelgazar notablemente el conjunto, una propiedad muy valorada en este segmento de productos. No obstante, el uso que han hecho de este material resulta decepcionante. Las bisagras de las “patillas” se sienten muy frágiles; el chasis cede en exceso cuando se ejerce presión sobre él; y la ligera capa de plástico que recubre los bordes se desprende fácilmente del conjunto, dejando al descubierto el interior de las gafas. La sensación es más próxima a unas gafas baratas que a un producto con perspectiva futurista.

LG 360 VR

Otro de los errores de las LG 360 VR es la penetración de luz por los laterales. La capa de plástico semirugoso no sella correctamente los alrededores, permitiendo la penetración de luz al interior de las gafas y destrozando la inmersión en el mundo de realidad virtual. Además, resultan algo incómodas de usar durante largos periodos de tiempo.

LG 360 VR

Las LG 360 VR permiten ajustar la profundidad del campo —al igual que todas las gafas de realidad virtual del sector—, pero, nuevamente, la implementación de este concepto queda lejos de ser óptima. El ajuste se realiza mediante el giro de dos ruedas semidentadas situadas alrededor de las propias lentes. Esto obliga a retirarse las gafas cada vez que necesitemos ajustar la profundidad de campo y, por lo tanto, regularlas “a ojo”. Además, cada lente se ajusta de forma independiente, por lo que regular la profundidad de campo se convierte en una ruleta rusa constante.

LG 360 VR

El software desarrollado específicamente para estas gafas es, por el momento, escaso, aunque en LG confían en su progresiva evolución conforme las LG 360 VR lleguen al mercado. En este sentido, lo poco que hemos podido probar ha funcionado correctamente. La calidad de imagen, obviamente, tiene un amplio margen de mejora si se compara con propuestas más ambiciosas como Oculus o HTC Vive, pero ese no es el propósito de LG. El objetivo real de estas nuevas gafas de realidad virtual es acercar la experiencia de ese mundo al consumidor estándar, mientras que propuestas como Oculus o HTC Vive apuntan a un nicho más cerrado, dispuesto a desembolsar elevadas cantidades a cambio de la mejor experiencia posible.

LG 360 VR

El precio de las LG 360 VR no ha sido desvelado aun, lo que dificulta una evaluación justa del producto. Si LG apunta a una categoría de precios muy baja, las LG 360 VR serán una alternativa a considerar por todos aquellos que busquen probar las mieles de la realidad virtual de una forma muy breve y superficial. Si, por el contrario, LG pretende apuntar a gamas de precio superiores —Gear VR, Oculus o HTC Vive—, la propuesta de LG no tiene nada que hacer.

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