Los robots fueron creados para hacer nuestra vida más cómoda. O más creativa. O más interesante. En definitiva, la robótica pretende romper con los límite establecidos que conocemos los humanos. ¿Es eso posible? Los investigadores del Instituto tecnológico de Georgia están convencidos de que sí. Así lo muestran con su nuevo brazo inteligente, un robot especialmente diseñado para que lo maneje un baterista y poder tocar no con dos miembros sino con tres. El brazo inteligente se adapta al ritmo, a la pieza de la batería e incluso a las improvisaciones. De esta manera, el músico puede alcanzar nuevas cotas en su actuación. Pero, además de resultar impresionante de ver, detrás de este robot hay mucha ciencia.

Así funciona el brazo inteligente

Si el baterista toca un platillo el brazo sabe perfectamente que pieza es la que se espera que toque. Además, "escucha" el ritmo de la música y mantiene el tempo acorde con el músico. Para ello, el brazo inteligente "improvisa" según el ritmo que está escuchando. Un aspecto importantísimo es la posición del brazo. Para poder tocar el instrumento, el brazo inteligente sabe dónde se encuentra en cada momento, pudiendo alcanzar de la manera adecuada la pieza (sin pasarse o quedarse corta). Para que esto sea así, el trabajo de ingeniería que hay detrás es inmenso. El brazo inteligente tiene numerosos acelerómetros y una cantidad ingente de información que le permite tener unas especie de "propiocepción" (sensación sobre sí mismo) artificial.

La intención de este brazo inteligente es intensificar la experiencia, crear una interacción más sofisticadaDe esta manera, el brazo se asegura de permanecer siempre de forma paralela a la batería, cosa nada fácil cuando estás armado sobre una persona en constante movimiento. Los gestos del brazo inteligente son muy humanos gracias al trabajo de "motion capture" con el que se han copiado los de un profesional percusionista real. La intención de este brazo inteligente, como decíamos, es aumentar la experiencia, crear una interacción más sofisticada con aspectos cotidianos. En particular, en este caso, con la música. El desarrollo de este brazo podría crear una generación de músicos semi-robóticos, si hacemos caso a nuestros sueños de ciencia ficción.

El baterista más rápido del mundo

El profesor e investigador Gil Weinberg es el encargado de dirigir este proyecto. Pero no es el único de semejante índole. El trabajo de Weinberg con la tecnología robótica aplicada a la música ya viene de largo. De hecho, un conocido proyecto de hace dos años le devolvió un brazo a un baterista que lo había perdido en un accidente. La prótesis resultó un éxito, convirtiendo a este profesional de la percusión en el baterista más rápido del mundo. El brazo inteligente del que hablábamos, de hecho, está diseñado a partir de muchos de los detalles obtenidos de este proyecto. La prótesis del baterista reacciona ante las delicadas señales eléctricas de los músculos del brazo. De esta manera, se pueden manejar los palillos con soltura y dinamismo, ya que depender solo del movimiento del brazo es insuficiente.

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Como explicábamos, a partir de este diseño, el brazo inteligente surgió como una idea en el equipo del profesor Weinberg. Aunque este proyecto es bastante más complicado. En primer lugar porque requiere de un control autónomo, es decir, de inteligencia artificial. Por otro lado, es mucho más complejo en sus movimientos; mucho más sofisticado. Y preciso. En la prótesis, la precisión la aporta el baterista. Aquí, el brazo inteligente ha de decidir por su propia cuenta. Encima, ha de adaptarse al músico, pues no es él el que lo controla.

brazo inteligente Todos estos detalles suponen un auténtico reto para los ingenieros y físicos detrás del brazo inteligente. La idea final es que el brazo inteligente comprenda y se adapte a los movimientos del baterista, complementando o contrariando sus gestos. Es una manera completamente nueva de hacer música. Con ello, cualquier persona podría convertirse en una especie de "músico cyborg", como definen sus creadores. Y con ello, abrir las puertas a nuevas posibilidades musicales. Por ahora el brazo todavía sigue en proceso de elaboración, pues son muchos lo detalles que pulir. Pero, lo que es capaz de hacer por el momento, ya es digno de impresión. Así que, ¿quién sabe cuánto tardaremos en ver al primer músico cyborg sobre un escenario?

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