Samsung lleva un tiempo erigiéndose como la auténtica compañía líder del sector del almacenamiento de estado sólido (SSD). La compañía ha sido una de las responsables de que lo que hace unos años era un sueño, se haya ido haciendo realidad. El año pasado presentaron el Samsung SSD T1, una unidad de almacenamiento del tamaño de una billetera que ofrecía una capacidad de almacenamiento de 1 TB. Esos detalles, teniendo en cuenta del punto de partida, hicieron que fuera un producto increíble. Ahora, en el contexto del CES 2016, acaban de presentar el Samsung SSD T3, su sucesor.
Lo que más puede llamar la atención a simple vista respecto al anterior modelo es que la capacidad máxima se ha ampliado de 1 TB a 2TB, y es que la densidad de los SSD no deja de aumentar gracias a secretos como la NAND vertical. Volviendo al Samsung SSD T3, más allá del almacenamiento, resulta curioso que la compañía haya seguido una apuesta similar a la de la división móvil, es decir, desechar el plástico en favor de una caja metálica, que ofrece un anodizado mucho más elegante, que, eso sí, aumenta el peso al doble. También se ofrecen capacidades de 250 GB, 500 TB y 1 TB.
Otro aspecto importante, que en 2016 dejará de ser noticia, es que el Samsung SSD T3 adopta el nuevo conector reversible USB Type-C, e incluye cable de Type-C a Type-A. Tal y como hicieron con el SSD Evo 850 Pro, además de las novedades mencionadas también se incluye un nuevo controlador que incrementa el rendimiento (hasta 450 MB/s), aunque su punto crucial es una mayor calidad, el gran cambio del plástico al metal.
Para soluciones empresariales o que requieran de gran privacidad, se ofrece encriptación de hardware AES 256-bit, junto a una función Thermal Guard que impide el sobrecalentamiento que suele darse en condiciones de temperatura extrema.
El Samsung SSD T3 tendrá tres años de garantía y llegará a algunos países europeos en febrero de este año.