Una de las críticas comunes y acertadas a los relojes inteligentes de los últimos dos años es que tienen pocas funcionalidades y que que no hay nada que los haga esenciales de la misma forma que un ordenador o un smartphone se convirtió en objeto necesario para muchos.

Es posible que a medida que el Apple Watch, Samsung Gear S2, Android Wear y demás dispositivos aumenten su funcionalidad habrá un renovado interés por ellos entre la sociedad, pero de momento no está llegando.

El precio medio tampoco ayuda en hacerlos atractivos al público general. Que además de accesorio tecnológico tengan consideración de accesorio de moda, relativiza mucho como nos lo ponemos, o cuál dejamos de comprar porque no encaje con nuestro estilo de ropa.

Nunca vamos a dejar de comprar un smartphone porque sea muy deportivo para ir con traje o muy elegante para llevarlo con ropa deportiva. Por eso la calidad y variedad de correas es tan importante a la hora de comprar un smartwatch.

Lo mismo ocurre con portátiles y ordenadores de escritorio. No tienen que estar adaptados a nuestro estilo ni a nuestra indumentaria.

Apple Watch es líder de mercado indiscutible

Desde la época del iPod que Apple no disfrutaba de este tipo de cuotas de mercado. Incluso en sub-sectores como el de portátiles vendidos en EE.UU., dónde Apple goza de una buena posición comparativa con otros mercados más globales como las tabletas donde su cuota está subyugada a otros actores con precios muy inferiores.

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Estimaciones de cuota de mercado de smartwatches realizadas por Tractica en agosto de 2015
Estimaciones de cuota de mercado de smartwatches realizadas por Tractica en agosto de 2015

El sector de smartwatches es mucho más que electrónica de consumoLas idiosincracias propias de los smartwatches, y los dispositivos corporales en general, están haciendo de este sector algo distinto a lo que muchas personas esperaban, especialmente los que sólo miraban desde un ángulo tecnológico.

Si los smartwatches se popularizasen, y estoy argumentando precisamente lo contrario, sería a consecuencia de una bajada de precio y/o un aumento de prestaciones que no parecen claro. Una vulnerabilidad que Apple comprendió y activamente explota.

Apple explota esta vulnerabilidad

Se puede argumentar que Apple crea productos aspiracionales y suele evitar ciertos segmentos de la tecnología de consumo donde no se pueda vender en escala a una determinada calidad.

El secreto de Apple: comprender bien el mercadoMucho se habló de Apple vendiendo relojes de más de 10.000 euros, inexplicables desde una consideración puramente tecnológica, pero encajan totalmente en el mercado de smartwatches que conocemos.

La alineación es casi perfecta en este mercado entre lo que Apple ofrece y lo que la mayoría de la gente busca, y este hecho se está traduciendo en una cuota de mercado exageradamente inclinada hacia el Apple Watch en comparación con los otros mercados donde Apple opera.

Lo cierto es que, contrariamente al resto de segmentos de tecnología de consumo, los smartwatches están subiendo de precios.

El precio medio de los smartwatches está subiendo. Algo que sería contraintuitivo si fuera un elemento de electrónica de consumo tradicional, pero no lo es.
El precio medio de los smartwatches está subiendo. Algo que sería contraintuitivo si fuera un elemento de electrónica de consumo tradicional, pero no lo es.

No hay una gran tensión de precios hacia abajo porque la gente no parece estar dispuesta a llevar encima cualquier trozo de plástico visible para todos. Y la funcionalidad actual no es suficiente contrapeso.

A contracorriente: Los smartwatches cada año son más carosIncluso sin contar con los relojes más caros, la media de precio de modelos de estreno está creciendo de forma clara. Otro signo que parece apuntar hacia un mercado totalmente ajeno a otros más tecnológicamente puros donde normalmente se aplican depreciaciones continuas de precio.

El sector de smartwatches es más cercano en forma y fondo con moda, vivienda o incluso automovilismo. Un ordenador que funciona a 1Ghz cuesta ahora 100 veces menos que hace 15 años. Por ejemplo unos pantalones vaqueros de misma calidad siguen costando lo mismo que hace quince años. El sector de automóviles mantiene el precio aumentando otras características clave como el confort, seguridad y diseño.